Las fusiones llaman a la puerta de las cajas
Los analistas consideran que el pistoletazo de salida para que arranque el segundo gran proceso de concentración financiera en España está a punto de llegar y vaticinan que será más intenso en las cajas de ahorros, cuyo número asciende actualmente a 45.
Una reorganización del mapa bancario que podría precipitarse ahora para evitar que se repita una situación como en la que ha derivado Caja Castilla La Mancha, entidad que, tras la intervención del Banco de España, ha declarado que en 2008 registró unas píérdidas superiores a los 700 millones de euros, frente a las ganancias que se publicaron en su momento. El ajuste en los resultados se debe a la nueva valoración de activos que se ha realizado de la caja. De momento, todavía no se ha decidido si la entidad será sacada a subasta, como ocurrió con Banesto, o si se procederá a su liquidación. Entre los postores han aparecido grupos como la Nueva Rumasa.
En el sector se aboga porque se eliminen las trabas que ahora mismo dificultan la posibilidad de una unión entre entidades de comunidades autónomas diferentes, con el objetivo de ampliar el espectro de posibles combinaciones y al mismo tiempo dar lugar a fusiones más coherentes.
La última reestructuración del sector se vivió a comienzos de los años noventa, una díécada en la que existían aún 76 cajas de ahorros. La más reciente en materializarse ha sido la de las andaluzas El Monte y San Fernando, que dio lugar a la actual Cajasol. En esta misma región siempre se ha manejado la opción de una unión entre Unicaja y Cajasol, aunque dentro del sector se especula ahora con la alternativa de que la primera absorba a Cajasur, una de las cajas que más afectada por la morosidad.
La autonomía que más entidades tiene es Cataluña, con 10, seguida por Castilla y León (6) y por Andalucía (5).
En los bancos tampoco ha triunfado ninguna operación corporativa desde hace años -la última adquisición fue la compra de Urquijo por parte de Banco Sabadell-, a pesar de que varias entidades están continuamente en el ojo de huracán, bien como posibles compradores o que no descartan su venta.
í‰ste es el caso de Bankinter, sobre todo desde la entrada de Críédit Agricole en su capital, o de Popular, la eterna novia de entidades como Sabadell o incluso BBVA.
Algunos analistas opinan que la fusión entre Popular y BBVA sería conflictiva por el solapamiento de las redes de sucursales de ambos bancos, mientras que la de BBVA con Sabadell o con Pastor presentaría más sentido estratíégico y geográfico.
Tambiíén se ha especulado con la posibilidad de que Santander salga reforzado de la actual crisis y aproveche la debilidad de algunas de las entidades mundiales para ganar tamaño. De momento, la entidad que preside Emilio Botín se ha hecho con el control del estadounidense Sovereign, con el británico Alliance & Leicester y con el negocio de depósitos y oficinas de Bradford & Bindley.
Sin embargo, tanto BBVA como Santander han señalado recientemente que el crecimiento no orgánico, es decir mediante compras de otros rivales, no entra en sus planes a corto plazo.
Obra social
Una de las medidas adoptadas por las cajas para reforzar su solvencia ha sido la reducción de su obra social, el porcentaje de beneficio que destinan a inversiones con fines sociales. El presupuesto para 2009 ha bajado un 16%.