El grupo Sos planea cerrar en breve la refinanciaciación de su deuda, tras la marcha forzada de su ya ex presidente Jesús Salazar. Su intención es mantener intactos los tíérminos del críédito de 994 millones de euros que suscribió para la compra de la aceitera Bertolli, a pesar de que los últimos resultados no han cumplido las condiciones fijadas por las entidades financieras.
La marcha de Jesús Salazar de Sos puede dar aire a la situación financiera del grupo. El ex presidente de la compañía de alimentación ha marcado en los últimos años la dirección y el día a día de la sociedad y su salida -propiciada por las cajas de ahorros accionistas del grupo- podría ser un punto de inflexión. Sos está negociando con sus entidades acreedoras las condiciones de su deuda, despuíés de que los últimos resultados de la sociedad no alcanzaran los requisitos marcados por los bancos.
Sos firmó el pasado mes de diciembre un príéstamo sindicado por valor de 994 millones de euros. En íél participaron 35 entidades financieras, entre ellas las principales cajas de ahorros españolas. Gracias a esta financiación, Sos pagaría la compra de la aceitera Bertolli (por la que pagó a la multinacional Unilever 630 millones de euros) y reduciría su endeudamiento, que entonces rondaba los 1.000 millones.
El críédito, cuya dirección corrió a cargo de Ahorro Corporación, estaba estructurado en cuatro tramos: de 300, 200, 344 y 150 millones de euros. Además, estaba vinculado a que tanto Sos como sus participadas cumplieran una serie de requisitos en cuanto a ingresos o ebitda (resultado bruto de explotación). Entre ellos, el ratio de apalancamiento, el de cobertura de intereses o el deuda financiera neta y ebitda.
Sos no ha desvelado los detalles concretos de estos requisitos, o covenants, pero sí que asume su incumplimiento. Por ello, trata de renegociar el críédito manteniendo las condiciones iniciales. Su intención es que la financiación estíé renegociada en un corto plazo de tiempo. Además, según los documentos que figuran en la CNMV, el críédito tiene en prenda las acciones de Bertolli, así como las de la sociedad Tierras de Marte, perteneciente al grupo Sos y a travíés de la que se adquirieron la mayor parte de los activos de la aceitera.
En cuanto a los tramos de la financiación, el primero de 300 millones tiene como fecha de vencimiento el próximo mes de julio. La sociedad no tendrá problemas para cumplir con estos 300 millones ya que ha podido saldar parte gracias a la entrada en el capital de Caja Madrid, que en enero se hizo con el 10,5% de los títulos gracias a una ampliación de capital valorada en 149,1 millones.
Más desinversiones
Pero la renegociación de la deuda de Sos no es la única opción que tiene el grupo de alimentación para dar aire a sus cuentas. La compañía podría llevar a cabo nuevas desinversiones a lo largo de los próximos meses. La última, y más relevante, fue la venta de Cuíétara. La división galletera de Sos pasó en diciembre a manos del grupo catalán Nutrexpa, que pagó cerca de 215 millones.
Sos abre así una nueva etapa despuíés de que el jueves su consejo de administración -con las cajas de ahorros al frente- obligara a Jesús Salazar y a su hermano Jaime a abandonar la presidencia y vicepresidencia del grupo, del que poseen el 28% del capital. Detrás está el críédito de 212 millones que Sos otorgó a su patrimonial Condor Plus. Con íél, aseguraban, iban a dar entrada a un fondo soberano árabe. No es la primera vez que un hermano Salazar se ve obligado a abandonar Sos. Roberto Salazar dejó la dirección financiera a causa de la caída de la constructora Cleop, de la que era el segundo accionista. Entonces, la ejecución de contratos de derivados sujetos a las acciones de Roberto Salazar conllevó el desplome en Bolsa de la constructora.
Despuíés de que la CNMV suspendiera el jueves la cotización de Sos, el grupo regresó al parquíé con una caída del 3,4%. Pero al final de la sesión el descenso fue sólo del 0,46%, hasta 4,3 euros. En el año, las acciones de Sos se han desplomado más de un 60%.