A punto de despejar las dudas sobre el rally
por Cárpatos
Cuenta una aníécdota bastante popular que Napoleón tenía una extraña costumbre. Tenía como uno de sus asesores a un simple cabo, que era uno de los más importantes para íél, pues no había un plan de batalla cuyas órdenes, antes de darlas, no las discutiera con aquel subordinado.
Siempre le llamaba a solas antes de algo importante y le leía las órdenes que pensaba dar. El cabo tenía derecho a preguntar lo que quisiera y si no lo entendía, cosa que sucedía a menudo, no había ningún problema porque Napoleón volvía a escribir las órdenes de manera más clara. Había veces en que las escribía hasta diez veces antes de que el cabo consiguiera entenderlas.
El cabo con el tiempo llegó a sentirse muy inteligente al contar con el beneplácito del emperador. En realidad, Napoleón basaba parte de su íéxito militar en su capacidad de dar órdenes extremadamente claras y precisas, sin posibilidad de malas interpretaciones. El pobre cabo era el soldado más torpe y de limitada inteligencia que había podido encontrar y por eso le consultaba a íél las órdenes. Si era capaz de entenderlas, todo el mundo lo podría hacer y no habría ninguna posibilidad de no ser bien entendido por ningún miembro de su ejíército.
El gobierno de EE UU lo tiene claro. Tras quitar la norma mark-to-market, ha montado una parafernalia impresionante con los famosos stress test, que tambiíén podríamos llamar Disney stress test. Días y días filtrándose rumores, para al final convencer con razón o sin ella a los operadores de que los bancos de EEUU ya no corren ningún peligro. O al menos eso dicen. El caso es que lo han hecho tan bien, como Napoleón, que todo el mundo lo tenía claro y las subidas han vuelto a ser muy importantes en los últimos días, a pesar de que el mundo real a nuestro alrededor sigue sufriendo la dureza del paro, ajeno a las subidas bursátiles.
Entre la multitud de datos que se han publicado, llamo la atención sobre uno en concreto. El instituto del ciclo económico, ECRI, es muy claro en su informe del viernes. La recesión terminará este verano, según sus cálculos. Lo pone bien claro y los indicadores de ECRI no han fallado nunca. De este modo, si la recesión termina la anticipación de las Bolsas sería correcta. No se puede descartar que estemos en otro marzo del 2003, al menos a la vista de ese dato, que resulta importantísimo.
Los gráficos nos dirán cuál es la situación real. Hay que prestar atención al gráfico del futuro del Euro Stoxx. Nada más y nada menos que se ha llegado a la directriz bajista mayor y a la media de 200 sesiones, que se considera por los operadores como resistencia mayor. Pasar todo eso dejaría la tendencia bajista de fondo fuera de combate. Fallar ahí y darse la vuelta a la baja con claridad, indicaría que todo esto fue un rebote.
No hay que descartar una posible tercera opción que sería quedarse enganchado a las resistencias dando vueltas durante bastantes días. Se trata por tanto de un momento muy importante y crítico para las Bolsas desde el punto de vista tíécnico. Este es un gráfico lineal, no es del todo correcto para sacar la directriz. Sería más apropiado el gráfico logarítmico, pero este es un juego psicológico y el lineal es el que está en más pantallas.