La automotriz General Motors tiene hasta el 1 de junio para determinar su futuro ante el gobierno estadounidense. Para ello, debe resolver las negociaciones con sus sindicatos y acreedores, reducir su red de concesionarios en Estados Unidos y decidir el destino de sus marcas más díébiles.
GM se ha esforzado para deshacerse de marcas de mal desempeño, como Saturn, Hummer, Saab y Pontiac como parte de su amplia reestructuración.
Fritz Henderson, presidente ejecutivo de GM, ha dicho que es probable que GM solicite la protección por bancarrota y que busque su restructuración amparada por el capítulo 11 de la ley estadounidense de quiebras.
Seis ejecutivos de GM, encabezados por el ex vicepresidente del directorio y jefe de producto Bob Lutz, revelaron el lunes 11 de mayo que se desprendieron de casi 315,000 dólares en acciones y liquidaron sus participaciones directas remanentes en la compañía.
Las acciones de la automotriz bajaron el martes 20.14% a 1.15 dólares. Los títulos de GM tocaron un mínimo de 1.09 dólares en la sesión del martes, su peor precio desde 1933.
Con información de Reuters y Dow Jones.