elmundo.es/Pedro Simón | Madrid
Había tonadas de cabreo contra Teddy Bautista, un ramillete de miembros de la 'asociación de víctimas de Ramoncín' salmodiando al gurú y hasta cantinelas sacadas de madre. Sólo faltó el cobrador del frac de la SGAE, en plan infiltrado, en íéxtasis ante tanto cántico y pasando la gorra voraz para la casa.
La resistencia tiene una visibilidad minúscula, pero algo es algo. Allí estaba en la puerta del auditorio de la ONCE, donde se celebraba la asamblea general anual de la SGAE. Entre un centenar de trabajadores que se manifestaban en contra del ERE que prepara la entidad, varios socios de la SGAE con ganas de reinventar la entidad y decírselo a la gente. Vaya, porque otra forma de recaudar los derechos de autor es posible.
"La opinión de los autores es irrelevante para los órganos de gobierno de la SGAE", denuncia Josíé Antonio Prieto, pianista y antiguo inspector de la casa, que fue sancionado con 3.000 euros por la entidad por preguntar por los ingresos de Bautista en la asamblea de 2007. "Los ciudadanos deben saber que la SGAE no representa a los autores, sólo gestiona el dinero de los derechos de propiedad intelectual, y lo hace de una forma poco clara".
La Sociedad General de Autores y Editores celebra su asamblea general entonando el 'A quiíén le importa lo que yo haga de puertas adentro', y escuchando el 'Díéjame' de puertas afuera.
Sólo 2.000 de los 94.000 artistas socios de la SGAE lo son de pleno derecho, denuncian los agraviados. El 1,73% de los socios se reparte el 75% de los pagos. Hay un 60% de su gente que no ha cobrado jamás un euro. Unicamente el 4% percibe una cantidad por encima del salario mínimo.
A cuenta de los dineros se queja Luis Cobo 'Manglis' (guitarrista que ha tocado al lado de Raimundo Amador o de Ketama), quien percibe en torno a 70 u 80 euros al mes por toda su obra: más de 200 canciones sonando por ahí. "A la mayoría de los socios no nos gusta mucho el ladrillo", indica. "Pero la SGAE se ha empeñado en comprar y comprar edificios en vez de defender a todos los artistas. Bautista ha arrasado con la imagen de esta casa y nosotros no tenemos la culpa".
Apuntala la teoría un miembro del comitíé de empresa: "Teddy Bautista ha metido a la SGAE en una gestión suicida. Se han gastado unos 150 millones en obras faraónicas en Buenos Aires, en Míéxico, en España... A costa de liquidar puestos de trabajo. Y se ha olvidado de la esencia: recaudación y reparto".
La Sociedad General de Autores cerró con salvas de confeti la gestión anual y todo fueron abrazos en la asamblea.
"La SGAE tiene un cáncer", dice un cartel en la calle. "Cambio en la SGAE ya", dice otro. Se canta: "Yo quiero ser comunista/ como Teddy Bautista".