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Madrid.- El consejo de administración de SOS Cuíétara ha acordado nombrar a Josíé Manuel Muriel Jimíénez, hasta ahora presidente de Santana Motor, como delegado general del consejo y primer ejecutivo del grupo.
Además, el grupo, que vive la peor crisis de su historia, emprenderá acciones legales por el críédito de 212,7 millones de euros concedido a una sociedad vinculada a los hermanos Jesús y Jaime Salazar, ex ejecutivos y principales accionistas de la compañía, según un comunicado a la CNMV.
El consejo de administración de SOS acordó el miíércoles en una tensa reunión el nombramiento de Muriel Jimíénez, del que destacó su amplia experiencia profesional y su gran prestigio en el mundo empresarial.
Muriel Jimíénez, de 56 años y natural de La Carolina (Jaíén), es ingeniero industrial y comenzó su andadura profesional en Santana Motor, de la que era presidente en la actualidad.
Además de en Santana Motor, el nuevo primer ejecutivo del Grupo SOS ha desarrollado su labor en compañías como General Motors, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, Leche Pascual, Prensa Española e Iluminación Lledó.
Crisis en el grupo
Está por ver si el nombramiento ayudará a superar la crisis interna que vive el grupo de alimentación. De momento, ha servido para que las acciones de SOS (+0.21 / +5.97%) se muevan con avances en Bolsa, en contra de la tendencia del mercado.
Durante la reunión del consejo, Caja Madrid fue partidaria de emprender acciones judiciales contra los hermanos Salazar por autoconcederse el críédito que ha puesto a la compañía de alimentación en una delicada situación. Sin embargo, las cajas andaluzas temían que estas actuaciones pudieran ir contra ellas, ya que dieron su visto bueno al citado príéstamo.
En concreto, la formulación de las cuentas de 2008 contó con el visto bueno de los representantes de Unicaja, Caja Granada y Cajasur. El resto de vocales, vinculados familiarmente entre sí y a su vez con los Salazar, votaron tambiíén a favor.
Sólo dos consejeros y accionistas, Daniel Klein y Lucas Torán, votaron en contra por considerar que había operaciones contrarias al interíés social. Por su parte, Cajasol no dio su visto bueno a las cuentas, por no asistir a la reunión.
La preocupante situación financiera en la que se ha sumido la compañía y la crisis abierta en el consejo están teniendo un claro reflejo en el mercado de valores. Sólo en las ocho últimas jornadas, las acciones de SOS se han desplomado un 20% y desde el pasado 2 de marzo -justo despuíés de que el consejo conoció el autocríédito de los hermanos Salazar-, los títulos acumulan una caída del 56%.
Sin duda, este desplome explica el gran enfado que existe en Caja Madrid, quien compró el 10,5% de SOS el pasado octubre, a travíés de una ampliación de capital de la aceitera. La entidad presidida por Miguel Blesa pagó entonces alrededor de 148 millones de euros, inversión que a fecha de hoy se ha reducido a tan solo 56 millones. En otras palabras: la caja acumula una píérdida del 62%.
Y no sólo eso, para reflotar SOS y no ver debilitada su participación deberá necesariamente acudir a una nueva ampliación de capital por otros 200 millones, necesaria para salvar la compañía.