elmundo.es/Javier González
Madrid.- ¿Sutilezas en España? ¡Para quíé! En este país, a diferencia del resto de Europa, gana por goleada ofrecer dinero contante y sonante a terceros para hacer crecer un negocio. Así se desprende de la 'Encuesta Europea de fraude 2009' de Ernst & Young, realizada en un continente donde hacer regalos personales o invitar a algo está mejor valorado al otro lado de los Pirineos.
El estudio ha sido realizado en 22 países entre trabajadores de multinacionales, firmas cotizadas en Bolsa y compañías con más de 1.000 empleados. De las 2.246 entrevistas, 100 han sido hechas en España.
Preguntados por actuaciones justificables para impulsar un negocio, sin que elegir unas suponga descartar otras, un 38% de los encuestados españoles defiende pagar en metálico frente al 25% de la media europea. Por el contrario, la igualdad es más patente al preferir hacer regalos (22% y 24%, respectivamente) e invitar a entretenimiento (18% y 19%).
¿Cuál es la diferencia con Europa? La integridad. Un 34% de los españoles rechaza cometer ninguna actuación así frente al 41% de la media europea. Claro que esta media ha sido maquillada porque en Europa del Este sólo un 34% de encuestados (como en España) se muestran firmes frente al 45% de los íntegros de Europa Occidental.
En defensa de este país, los españoles prefieren no mentir. Sólo cuatro de 100 defienden maquillar las cuentas financieras. En Europa del Este y Occidental son un 11% y 6%, respectivamente.
Una dirección honrada... a veces
La confianza en la dirección de las grandes compañías es alta en toda Europa, incluida España. En este país un 23% de los empleados encuestados considera que la dirección es honesta siempre y un 48% piensa que usualmente. Por el contrario, sólo un 25% desconfía de sus jefes en mayor o menor medida.
Así, esta fe en los responsables de la empresa se traduce en que un 57% de los encuestados españoles confía en que su compañía está libre de ningún riesgo "significativo" de fraude.
Claro que esta opinión cambia cuando el escenario es de crisis y la compañía peligra. Así, un escenario peor empuja a pensar que todo vale. Un 80% de los españoles está de acuerdo o tiende a pensar que la dirección de su empresa es capaz de urdir "atajos" en la adversidad.
En tiempos de cambio es cuando el riesgo de fraude es mayor. Si la compañía inicia una fusión con otra, el 49% de los encuestados piensa que es más factible que se cometan fraudes. Una fusión sin despidos, claro: cuando se preguntó por un hipotíético recorte de plantilla el riesgo de fraude se pasó por la cabeza de un 86% de los participantes de la encuesta españoles.
Por otra parte, los trabajadores tienden a desconfiar más de los cargos medios y altos a pesar de que apenas un 20% piensa en que se cometan fraudes para mantener las bonificaciones de la empresa. Según la encuesta, el 32% piensa que el mayor riesgo de que se cometa un fraude está en la media dirección, frente al 31% que apunta a los altos cargos y el 11% que desconfía de los puestos bajos.
En cualquier caso, de la encuesta de Ernst & Young se desprende cierto pesimismo entre los trabajadores. Un 64% de los encuestados piensan que el fraude empresarial aumentará en los próximos años.