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Los analistas creen que los resultados del test de estríés en Europa no revelarán datos negativos, aunque esperan más ampliaciones de capital en bancos en los próximos.
La banca europea tendrá que presentarse este año a una «selectividad» muy particular. Como ha ocurrido con las estadounidenses, las entidades financieras del Viejo Continente serán sometidas a un control de «estríés», es decir, deberán mostrar abiertamente cuál es su salud y su necesidad de capital. Pero las particularidades de este examen serán notables. A diferencia del modelo seguido en Estados Unidos, el «stress test» europeo no irá enfocado tanto a evaluar la resistencia a la crisis de cada una de las entidades financieras, sino a dar una visión del conjunto del sistema. El análisis mostrará si hay necesidades adicionales de capital o si los bancos están capitalizados adecuadamente para la presente situación. Pero, ¿cómo afectará este ejercicio de transparencia sobre sus cotizaciones bursátiles?
Impacto neutro
En principio, los analistas creen que es pronto para hablar de un efecto sobre el parquíé, puesto que hasta septiembre no se conocerán los resultados que, en todo caso, serán globales. No obstante, creen que su impacto en bolsa será limitado. «En Estados Unidos, el test de estríés ha pasado prácticamente desapercibido en el mercado y en Europa ocurrirá algo similar. Además, se esperan resultados más positivos que allí, puesto que las entidades europeas son más conservadoras que las estadounidenses», comenta Guillermo Escribano, director de inversiones de Metagestión. Silvia Verde, analista financiera de Inverseguros, tampoco estima que las conclusiones vayan a provocar un desplome bursátil. «La idea es tratar de dar confianza. No creo que la banca cotizada vaya a sufrir por esta cuestión», estima.
A diferencia del modelo seguido en Estados Unidos, el ‘stress test’ europeo será realizado por distintos supervisores, los de cada país miembro, de acuerdo con unas pautas comunes. Pero las conclusiones por entidad serán confidenciales y la Unión Europea sólo dará a conocer un resumen general. «Al no ofrecer información individualizada de las entidades, el impacto será neutro en la bolsa», comenta Covadonga Fernández, analista de Self Bank. En su opinión, sería positivo que se conocieran los resultados de cada entidad, como se ha hecho en Estados Unidos. «Sería bueno que las propias entidades conocieran el estado de sus competidoras para saber a quiíén conviene y a quiíén no prestar en el interbancario. Para los inversores tambiíén sería muy importante saber quiíén necesita capital y quiíén no. Si en Europa finalmente no se conocen las conclusiones individualizadas, el ejercicio no servirá de mucho para tratar de orientar a los pequeños inversores», añade.
¿Cuál es su salud?
A la espera de conocer las conclusiones del test de estríés europeo, los analistas estiman que, en general, los resultados delatarán que los planes para refinanciarse que pusieron en marcha en 2008 numerosas entidades han funcionado y que las necesidades de capital son ahora mucho más limitadas que lo eran el ejercicio pasado. HSBC anunció recientemente una ampliación de 14.000 millones de euros, Barclays amplió el año pasado capital en más de 9.000 millones de euros, Santander, en 7.200 millones... Guillermo Escribano opina que «a partir de ahora no veremos macroampliaciones de capital como las de 2008. Las habrá, pero serán mucho más pequeñas. En general, las entidades que peor se encontraban pusieron en marcha sus ambiciosos planes para refinanciarse el año pasado», comenta.
Los analistas de KBW se atreven a dar nombres concretos. En su opinión, al menos seis bancos europeos, entre los que no figura ninguno español, necesitan recapitalizarse: los irlandeses Bank of Ireland y Allied Irish Bank, el italiano Banco Popolare, el alemán Commerzbank, el sueco Swedbank y el daníés Danske Bank. Guillermo Escribano, por su parte, no descarta que BBVA tenga tambiíén que ampliar capital. «Si lo hace, solicitará en torno a 2.000-3.000 millones de euros. En el hipotíético caso de que llevara a cabo esta operación, el impacto en bolsa no sería negativo», intuye.
Poco a poco, el sentimiento de desconfianza bursátil hacia la banca europea se ha ido relajando, sobre todo a raíz de las noticias positivas que se van conociendo en Estados Unidos. Fortis sube en lo que va de ejercicio un 157 por ciento (cayó un 98 por ciento en 2008), Deutsche Bank y BNP ganan un 50 por ciento desde enero... Sin embargo, existen muchas dudas de que esta racha alcista pueda mantenerse. En Europa el gran problema que se plantea ahora es saber cómo y cuándo las entidades van a poder ir deshaciíéndose de la presencia pública en su capital. En Estados Unidos, Goldman Sachs, Morgan Stanley y JP Morgan ya han anunciado que planean devolver los fondos públicos que recibieron tras la quiebra de Lehman Brothers, noticia que ha sido recibida con euforia en los parquíés.
El lastre público
Sin embargo, los analistas creen que en Europa todavía pasará un tiempo hasta que las entidades devuelvan la ayuda pública. Salvo los bancos españoles, la mayoría de los Gobiernos europeos han tomado participaciones en sus entidades.
Precisamente por este aspecto, los analistas siguen pensando que, como opción de inversión dentro del segmento financiero, es mejor alternativa la banca española que la extranjera. Covadonga Fernández apunta que en su cartera modelo europea sí que apuestan por Santander y BBVA, pero no cuentan con ningún título bancario de otros países del Viejo Continente. Desde Metagestión, por su parte, creen que son alternativas sólidas Santander, BBVA, Barclays y BNP Paribas. «Son apuestas que no presentan serios problemas. Serán ganadores tras la crisis», comenta Escribano. En opinión de este experto, es mejor mantenerse al margen de entidades como Lloyd´s y Royal Bank of Scotland. «Tampoco nos gustan los bancos de Europa del Este, los portugueses y los griegos. No sabemos si muchos de ellos van a sobrevivir», opina.