Uno de cada cinco adolescentes en Estados Unidos admite haberlo hecho: enviar a su nuevo novio o novia sus fotos desnudo o semidesnudo mediante el telíéfono celular. A los 15 años de edad parece una diversión inocua. Pero en realidad, no es así.
De acuerdo con información de la BBC de Londres, esta práctica, conocida como “sextingâ€, tiene consecuencias negativas e incluso trágicas. Por ejemplo, las imágenes pueden terminar siendo distribuidas entre otros amigos de la misma escuela donde los jóvenes estudian o, incluso, publicadas en internet.
Esta moda tambiíén puede llegar a convertirse en un proceso penal por delitos sexuales contra cualquier adolescente que transmita la foto. Enviar o distribuir fotos sexualmente explícitas de un joven menor de 18 años es —en muchos países— ilegal.
Tambiíén es ilegal enviar esas fotos a un menor de edad, incluso con el consentimiento de ambas partes. La alarma ya empezó a extenderse entre los padres, directores de escuela, policía y fiscales en Estados Unidos. En este último país varios adolescentes han sido detenidos bajo cargos de pornografía infantil.
Ahora se preguntan si la mejor manera de abordar el fenómeno es juzgar a los jóvenes bajo la misma ley que se creó para protegerlos de los abusos sexuales.
El caso de Jessica
Jessica Logan era una joven de 18 años “vivaz, divertidaâ€, según dice su madre. Su vida cambió cuando una foto de ella desnuda que envió a su novio terminó en manos de cientos de adolescentes en Ohio, su ciudad natal.
Durante meses se enfrentó a insultos como “prostituta†y “reina del porno†en MySpace y Facebook.
Según sus amigos, se volvió introvertida. A pesar de eso, Jessica salió en la televisión local para “asegurarse de que nadie más pasara por estoâ€. Unos meses más tarde —en junio de 2008— se suicidó ahorcándose en su dormitorio.
Sus padres, Albert y Cynthia Logan, ahora promueven una campaña para tomar conciencia de los peligros del “sextingâ€.
En un tribunal de Pensilvania, hay un caso que ha despertado el interíés de diversos grupos en Estados Unidos. Todo comenzó cuando se descubrieron fotos de adolescentes semidesnudos en telíéfonos celulares de otros adolescentes en una escuela de Tunkhannock. Los telíéfonos fueron entregados a George Skumanick, fiscal de distrito del condado de Wyoming.
El caso de Jessica Logan, de 18 años, lo alarmó particularmente. La chica se suicidó despuíés de que las fotos que le envió a su novio terminaron en manos de sus compañeros de clase.
Skumanick ofreció a los alumnos un programa educativo de seis meses para aprender sobre las consecuencias de sus actos y ayudarlos a evitar cargos por pornografía infantil. Tres chicas —y sus padres— rechazaron la propuesta y están demandando a Skumanick con la ayuda de la Unión Americana de los Derechos Civiles (ACLU).
Skumanick aseguró que trataba de ser “innovador y progresista†al ofrecer el programa. “Yo no tenía por quíé darles esta oportunidad. Simplemente podría haberles presentado cargosâ€, dijo a la BBC.
Pero Witold Walczak, director legal de ACLU en Pensilvania y que lleva el caso en nombre de los alumnos, afirmó que las acciones del fiscal establecen un precedente peligroso.
“La pornografía infantil es sobre el abuso y la explotación de menores por parte de los adultos. Eso no es lo que está sucediendoâ€, consideró.
“Los niños que hacen esto se están haciendo un daño potencial. Son al mismo tiempo el autor y la víctima. ¿Por quíé habría que perseguirlos penalmente y condenarlos?â€, indicó el informante.
Este no es un problema sólo de Estados Unidos.
Otros han sido reportados en Gran Bretaña, Nueva Zelanda y Australia.
El gobierno de Nueva Gales del Sur, en Australia, puso en marcha una campaña de educación tras descubrir que jóvenes de 13 años están enviando sus fotos desnudas por telíéfono.
El año pasado, una encuesta en más de 1,000 adolescentes en Estados Unidos, llevada a cabo por la Campaña Nacional para prevenir embarazos no deseados en adolescentes, reveló que alrededor de uno de cada cinco adolescentes —de 13 a 19 años— había enviado fotos de sí mismos desnudos o semidesnudos, ya sea por telíéfono o por internet.
Además, la encuesta reveló que un tercio de los varones y un cuarto de las jóvenes habían recibido imágenes de desnudos.
“La línea es mucho más borrosa que en el pasado. La tecnología es tan nueva que la gente no ha encontrado su brújula moral cuando la usaâ€, indicó Bill Albert, miembro de la organización basada en Washington.
“El problema es que incluso si piensas que estás enviando una foto sólo a tu novio o novia, puede pasar de privado a nivel mundial en un nano segundo. Y es algo que se queda contigo, casi como un cibertatuaje, para toda la vidaâ€, afirmó.
Albert asegura que mientras las leyes contra la pornografía infantil son “terriblemente severas y un instrumento contundenteâ€, alertar a los adolescentes sobre las consecuencias jurídicas de sus acciones no es una mala idea.
Algunos cambios
Parry Aftab, una de las principales autoridades sobre los delitos informáticos realiza una campaña para cambiar la ley en Estados Unidos. Quiere que los niños que envían esas fotos se enfrenten a cargos por un delito menor en lugar de cargos por pornografía infantil.
Esto eliminaría la posibilidad de que el adolescente cumpla una condena criminal y fuera etiquetado como un agresor sexual por años.
Algunos estados de ese país estudian este enfoque.
Vermont propuso un proyecto de ley que legalizaría el intercambio de esas imágenes en jóvenes de 13 a 18 años de edad con el consentimiento de ambas partes. Sin embargo, la retransmisión de esas imágenes siguen siendo un delito.
El estado de Ohio estudia una propuesta que convertiría el “sexting†de delito a una simple falta. A Skumanick le gustaría que en Pensilvania se considerara algo similar.
Sin embargo, Parry Aftab asegura que es indispensable garantizar leyes para que los fiscales y la policía puedan seguir actuando contra el “sextingâ€.
“Es una conducta peligrosa que no queremos que los niños se animen a llevarla a caboâ€, explicó a la BBC.
“No sólo estas imágenes podrían acabar en manos de grupos de pedófilos y convierten a los niños en un blanco fácil, tambiíén podrían ser objeto de extorsión de aquellos a los que les llegan las imágenesâ€, indicó.
Otro caso
Los padres de una joven de 16 años de Seattle (Washington) emprendieron una batalla legal, despuíés de que se difundieran por todo el colegio las fotos que se hicieron su hija y su mejor amiga en la ducha sin intención de difundirla.
Las fotos comenzaron a circular entre los estudiantes hasta que el director del colegio recibió un sobre con unas copias y las muchachas fueron expulsadas del equipo de animadoras.
Las autoridades advierten que quien recibe las fotos puede afrontar cargos por estar en posesión de material obsceno. Los padres alegan que al echarlas del equipo las han “marcado†frente al resto de los compañeros, aunque, según el Seattle Post-Intelligencer, íésta no era la primera vez que las chicas se hacían fotos sin ropa.
En 2005, tambiíén se fotografiaron desnudas del torso para enviar las imágenes a sus novios de entonces, aunque sus abogados alegan que fueron enviadas accidentalmente.