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Autor Tema: El Ciudad Real gana la Champions  (Leído 499 veces)

sapakondi

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El Ciudad Real gana la Champions
« en: Junio 01, 2009, 10:05:20 am »
Por JAVIER BENGOA 31/05/09
Encuentro correspondiente a la vuelta de la final de la Liga de Campeones, disputado en el Quijote Arena de Ciudad Real, ante unos 5.775 espectadores, que abarrotaban la instalación, con un centenar llegados de Kiel.

El Ciudad Real ha obrado el milagro y se ha llevado una final de manera apoteósica frente a un Kiel que no supo mantener su renta en el Quijote Arena.

Los manchegos se impusieron a los alemanes por 33 a 27 en un partido que será recordado eternamente por la afición local.

El partido comenzó muy mal para los españoles, que no eran capaces de batir a un Omeyer sobresaliente que demostraba con paradas de todo tipo que era el mejor portero del mundo. El francíés fue el híéroe de un Kiel que llegó al descanso con el 13-14 en el marcador.

Está claro que los alemanes se vieron vencedores antes de tiempo y una inoportuna bajada de intensidad por parte del Kiel fue aprovechado de manera inmejorable por los de Talant, que tiraron de 'hombrí­a' para cambiar el signo del partido merced a un parcial de 4-1 en el minuto 48.

Curiosamente, tan sólo diez minutos antes los visitantes mandaban por cuatro tantos, obligando a los españoles a remontar nueve goles (4 en este partido y 5 de la ida).

Omeyer, el mejor de su equipo, comenzó a rendir como si fuera humano y sus paradas antológicas pasaron a ser excepciones. Parte de la culpa del 'bajón' del meta galo era el acierto de Jerome Fernández, Chema Rodrí­guez y Olafur Stefansson, que afinaban poco a poco la punterí­a.

En el bando español, Arpad Sterbik empezó a sacar sus galones en forma de paradas y sólo el gran Karabatic parecí­a capacitado para batirle.

En los últimos minutos, las paradas de Sterbik propiciaron numerosas contras que eran transformadas por un acertado Kallman, que se cobró los fallos de la primera parte para levantar de sus asientos a los miles de asistentes al pabellón.

De la angustia de no saber si la remontada iba a ser suficiente, hasta la apoteosis final distó un mundo, pero está claro que el resultado final del partido propició la conversión de muchos incríédulos al comprobar con sus propios ojos que los milagros existen, por lo menos en el Quijote Arena.