JOSí‰ MANUEL CAMPA ECONOMISTA ASTURIANO Y PROFESOR DE LA ESCUELA DE NEGOCIOS IESE, DE MADRID Oviedo, Javier CUARTAS
-Algunos analistas apuntan el riesgo de que la economía internacional incurra en «estanflación» (estancamiento y, a la vez, inflación elevada). Usted lo niega. ¿Por quíé?
-La inflación actual obedece a que la economía ha estado creciendo mucho y a que ello ha supuesto una fuerte demanda de productos primarios (agrícolas, minerales y petróleo). Esto está ejerciendo una presión sobre los precios. Pero si la economía tendiese a la desaceleración, los precios tambiíén bajarán porque descenderá la demanda. Yo no veo que vaya a haber una situación de inflación sostenida al tiempo que una desaceleración económica.
-A fines de los años 70 y primeros 80 la «estanflación» sí se produjo. ¿En quíé se diferencian las circunstancias de entonces y de ahora?
-La situación era muy distinta. Lo que se produjo entonces fue una reestructuración muy fuerte de la oferta petrolera tras la creación de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) para contener precios y que no se redujeran. Pero ahora la carestía del crudo no procede tanto de la contención de la oferta como de la demanda elevada.
-Algún bien de primera necesidad, como la leche, que se encareció de forma espectacular en 2007, ha empezado a relajar sus precios. ¿Contribuye este hecho a avalar su tesis?
-Exacto. Enero no fue un buen mes para las bolsas, pero, al tiempo que bajaban las cotizaciones bursátiles, tambiíén se abarataron cereales, metales y el crudo.
-¿Es relativamente tranquilizador que en un contexto de incertidumbre se descarte el miedo al binomio perverso de estancamiento más inflación?
-Exacto. Uno puede vivir con recesión y precios bajos o con crecimiento económico y precios altos, pero no con recesión y a la vez con precios elevados.
-¿La teoría económica sigue sin respuesta para ambos fenómenos cuando son simultáneos?
-Cuando se da a la vez estancamiento e inflación las herramientas típicas de la teoría económica no funcionan. Para dinamizar la economía la receta es estimular la producción y el consumo, pero, cuando los precios ya están elevados, esas medidas contribuyen a elevarlos más.
-España mantiene un diferencial de inflación respecto a la media europea. ¿Debe ser un objetivo reducirlo?
-España viene manteniendo un punto más de inflación que la media de la UE. Si en la UE el año pasado estuvo en torno al 3,2%, en España se situó en el 4,3%. Es un diferencial que ha venido siendo constante. Nuestro objetivo debe ser reducirlo. Pero esta diferencia viene determinada sobre todo por nuestra mayor dependencia de la energía y porque España está teniendo un crecimiento económico superior a la UE y esto tambiíén presiona sobre los precios al alza.
-¿Estamos abocados a un período de recesión mundial?
-No lo preveo. La economía mundial viene experimentado un «boom» sin precedentes, con crecimientos del 5% en los últimos 4 o 5 años. La previsión de la tendencia a largo plazo apunta a crecimiento del 2,3%. En 2008 vamos a crecer menos que en 2007, pero aún por encima de lo que marca la tendencia a largo.
-¿Hay exceso de alarmismo?
-Hay una percepción de que EE UU, que es el motor económico mundial (supone el 60% del PIB global), está cerca de la recesión, pero Asia está creciendo mucho y está en condiciones de seguir contribuyendo a mantener la media de crecimiento mundial.
-El FMI, la Comisión Europea, etcíétera prevíén que en 2008 España va a crecer menos que en 2007, pero que seguirá haciíéndolo a mayor tasa que la media de la UE. ¿Lo comparte?
-La previsión es que la UE crezca en 2008 el 1,6 o 1,7% y que España lo haga, de media anual, al 2,6%. Esto significa que España, que creció el último trimestre al 3,8%, va a ir desalecerándose hasta situarse a finales de 2008 en torno al 2%.
-¿Desaceleración es crisis?
-La economía española se desacelerará, pero no tenemos en perspectiva que incurra en crecimiento negativo, que sería recesión. La tendencia es que reduzca la tasa de crecimiento hasta situarse en torno a la tendencia de crecimiento a largo plazo de forma sostenida, que se calcula en el 3%. Crecer el 2,6% es crecer algo por debajo de la tendencia a largo. Pero son fluctuaciones en torno a la tendencia.
-¿Crecer al 2,6% supondrá destrucción de empleo?
-Tíécnicamente podría seguir creándose empleo. Pero lo que va a ocurrir es una reconversión de sectores. Se desacelerará la construcción de viviendas (no así la obra pública, que va de maravilla). En el sector residencial habrá destrucción de empleo que absorberán otras actividades, como servicios y algo la industria. Puede haber creación neta de empleo.
-España tiene unos 22.000 millones de superávit fiscal, 3 millones más de cotizantes a la Seguridad Social que hace 4 años y crece más que la UE. ¿Tiene más margen que otros países para afrontar la desaceleración?
-Sí. Estamos en mejor situación para afrontar el nuevo entorno mundial y los desequilibrios. Además, el origen de este escenario es una crisis financiera y España tiene un sistema financiero robusto y saneado. Tenemos además superávit fiscal. El riesgo es que una desaceleración puede reducirlo o consumirlo por menores ingresos fiscales y mayor gasto en desempleo.