Los mensajes de Marcelo Tas en Twitter tienen truco. Es un tipo popular. Presenta la versión brasileña del programa de humor CQC. Gafas oscuras, cabeza afeitada y más de 65.000 seguidores.
Telefónica se ha fijado en íél y han llegado a un acuerdo: le paga una cantidad no desvelada a cambio de mencionar en 140 caracteres, de vez en cuando, las bondades de Xtreme, el servicio de acceso a Internet de la operadora en Brasil.
Nadie sabe si funciona. Twitter es algo más que la herramienta de microblogging de moda. Es un mundo en sí mismo, la plataforma sobre la que empresas y desarrolladores se lanzan a probar miles de ideas y nuevos programas, desde publicidad encubierta a aplicaciones que generan dinero.
Da igual el retorno económico. La cuestión es hacer ruido.
A ílex Puig, de 33 años, le siguen más de 3.700 personas y envía entre 15 y 20 frases al día. Es el creador de Twitt Experts, un servicio de preguntas y respuestas a expertos: por un euro, 10 días de consultorio ilimitado. De momento, hay 25 especialistas inscritos, en materias que van desde los insectos a la programación en PHP. Se selecciona al gurú, se abona la cantidad en PayPal y, vía libre.
Los miembros de pago no llegan a 30, pero Puig cree en su potencial.
"Es como una consultoría de bajo coste, resuelves problemas de forma rápida. Lo difícil es encontrar gente reconocida". Para que sea rentable, cada sabio digital debe tener entre 50 y 100 seguidores de pago. Descontadas las comisiones de PayPal, el 60% del ingreso es para el especialista y el resto, para Twitt Experts.
La red publicitaria Federated Media estrenó recientemente ExecTweets, una recopilación de mensajes de altos ejecutivos, financiado por Microsoft; y TitleTweets, conversaciones sobre partidos de baloncesto, con AT&T de patrocinador. Otras, como twtAd y Magpie, pagan por incluir en los tweets enlaces a campañas publicitarias. El ingreso varía entre 0,06 y 0,2 dólares por clic.
La publicidad parece, de nuevo, la vía directa para monetizar. Los creadores de Twitter la han comenzado a utilizar tímidamente, incluyendo enlaces a las mejores aplicaciones. Como StockTwits, que permite seguir gratis las recomendaciones de inversores expertos en Bolsa. O TipJoy, para realizar y recibir donaciones a causas beníéficas.
Sólo en EE UU, Twitter recibió 17 millones de visitas en abril (32 millones en todo el mundo), aunque, según Nielsen, el 60% abandona al primer mes. Aun así, su tráfico creció el 1.382% en 2008, y experimenta un incremento superior al 80% mes a mes en lo que va de año, un monstruo inmanejable. Quizá por eso las herramientas más solicitadas sean las de productividad, las que ayudan a no perderse en el caos de followers, enlaces y notificaciones triviales.
TweetDeck, del programador británico Iain Dodsworth, es una de las más socorridas. Organiza y filtra los contenidos para ahorrar tiempo. La idea le ha valido 300.000 dólares de inversión. Splitweet, pensado para el uso corporativo y creado por tres desarrolladores españoles, gestiona múltiples cuentas desde un único lugar y monitoriza la conversación que genera una marca. Twiterfeed y HelloTxt actualizan decenas de redes sociales y servicios de microblogging desde una misma web. La página Twitter Fan Wiki recopila hasta 200 herramientas de este tipo.
Políticos 'twitteros'
Si se acude a Twitter para algo es a socializarse. Para muchos es un Facebook instantáneo, un patio global donde conocer gente y cotillear. Twitpic comparte enlaces a fotos tomadas con el móvil. Arrasa. Ha superado el millón de cuentas y recibe 2,3 millones de visitantes únicos al mes. Incluso los famosos lo utilizan. Bastan unos minutos para que una instantánea tomada por Ashton Kutcher, la celebrity con 1,8 millones de seguidores, alcance las 100.000 visitas.
Twitpic, creado por los catalanes Albert y Víctor Martín, procesa 500 tomas al día, más de 185.000 desde su inicio en febrero del 2008. "El uso se ha disparado porque funciona en el móvil sin registro. Nosotros lo pedimos para integrar Twitxr con Facebook, Flickr y Picasa", explica Albert.
La socialización se ha extendido más allá de las aplicaciones. Por toda España se propagan quedadas de incondicionales con ganas de desvirtualizarse. Es decir, de verse las caras. Sevilla, Madrid, Barcelona... cada ciudad aspira a organizar su evento mensual de twitteros. El Twittmad reúne a decenas de fans en la capital en torno a jarras de cerveza. En Barcelona se lleva el cava. Una media de 225 asistentes se juntan cada mes en el Cava&Twitts.
"Queríamos un formato distinto, generar contenido, invitar a expertos con los que entablar un debate y luego hacer networking", explica su cofundador, Marc Cortíés. Desde entonces, han hablado de tendencias digitales, reputación corporativa y políticos 2.0. El planteamiento funciona. Sobran los patrocinadores y en total suman 1.300 asistentes.
Cientos de empresas se han tomado en serio el potencial del microblogging para probar campañas de mercadotecnia o abrir un nuevo canal de atención al cliente. Starbucks, con más de 182.000 seguidores, explica cómo se producen sus madalenas. Palm sortea su móvil Pre. La tienda virtual de ofertas de Dell tiene 512.000 seguidores. Sólo por estar en Twitter y agregar la marca hay descuentos del 20%. El pasado diciembre, la compañía ingresó un millón de dólares tras alertar de nuevas promociones.
En España, decenas de grandes firmas, como BBVA, Iberia, Metrovacesa y Sanitas tambiíén lo prueban.
Búsquedas en tiempo real
La búsqueda es una de las inesperadas oportunidades destapadas al calor de los 140 caracteres. Twitscoop, Twazzup, Tweefind, SocialMention... más de 50 aplicaciones permiten bucear en las anotaciones de millones de personas y conocer quíé ocurre en el mundo en tiempo real. Otras, como Scoopler, rastrean además en Flickr, Digg y Delicious.
Tal es la fuerza de esta tendencia que los creadores de Twitter han añadido sus propias funcionalidades de búsqueda. Y, mientras Google mira de reojo los movimientos en su sector, Silicon Valley alimenta un nuevo rumor: el posible interíés de Page y Brin por hacerse con la start-up.
A la búsqueda se le une otro potente segmento: el de las clasificaciones. Twittercounter y Twitterholic generan listas automáticas de twitteros por geografía, número de seguidores, actualizaciones y decenas de variables con el fin de descubrir quiíén es el rey de los tweets. Según la medidora Compete, son dos de las 10 aplicaciones más visitadas. Adiós al ego-search, Larga vida al ego-tweet.