Bruselas tambiíén quiere salir reforzada de la crisis. Un día despuíés de que el presidente de EEUU presentara su plan para reformar el sistema financiero, el más importante cambio desde la crisis de 1929. Hoy jueves y mañana viernes, los 27 se reúnen en para abordar temas económicos e institucionales de gran calado. Por un lado, los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) debatirán sobre la crisis económica y el nuevo sistema de supervisión financiera para 2010. Por otro, está en juego la reelección de Barroso para continuar como presidente de la Comisión Europea (CE). La mayoría de las propuestas que hay sobre la mesa serán medidas para atajar futuras crisis. Mientras tanto, Europa sigue esperando respuestas a la crisis actual.
En lo que se refiere al eje financiero, el plan de la UE es reforzar la supervisión financiera a travíés de la creación de dos organismos con funciones de vigilancia: el Consejo Europeo de Riesgos Sistíémicos (CERS) y un nuevo Sistema Europeo de Supervisores Financieros (SESF). Así lo relata el borrador de conclusiones del Consejo Europeo, al que ha tenido acceso El Confidencial y que aún es objeto de negociación por parte de los representantes de los Veintisiete. El texto explica que "la crisis financiera ha mostrado claramente la necesidad de mejorar la reglamentación y la supervisión de las instituciones financieras tanto en Europa como globalmenteâ€.
La idea es que el CERS sirva para identificar y advertir a las autoridades nacionales sobre los riesgos de los mercados financieros. Funcionaría como un grupo de sabios, compuesto en su mayoría por banqueros, y anclado en los servicios administrativos y analíticos del Banco Central Europeo (BCE). El segundo organismo que Bruselas propone, el SESF, estaría formado por tres autoridades supranacionales de supervisión que cubrirían los sectores de la banca, los seguros y la bolsa. Esta nueva autoridad tendría poder para proponer y hacer cumplir un marco común de reglas.
A día de hoy, lo que existe en esta materia a nivel de la UE, es un conjunto de comitíés supervisores, compuesto por reguladores nacionales, que tienen una función consultiva y asisten a la CE a implementar su legislación. Hay que recordar que la propuesta de incrementar la supervisión financiera ha recibido grandes críticas, sobre todo por parte del Reino Unido, al que se han ido sumando Irlanda y algunos países del Este de Europa. Sin embargo, Alemania, que junto a Francia son los dos grandes promotores del incremento de regulación, considera que la propuesta de Bruselas es poco ambiciosa.
Dos organismos
En caso de ser aprobadas, estas dos nuevos organismos tardarían aún un año en entrar en funcionamiento. Así, quedará en manos de la CE la iniciativa de proponer medidas legislativas para traducir las voluntades del Consejo en competencias concretas que tendrán los nuevos organismos de vigilancia, lo cual no tendrá lugar hasta el próximo otoño.
Al otro lado del Atlántico y tambiíén con el objetivo de que crisis como la actual no se repitan en el futuro, el presidente de EEUU, Barack Obama, ha presentado ya su tan esperado plan de supervisión financiera. El plan estadounidense otorga más poder a la Reserva Federal para la supervisión de los mercados financieros. Otras medidas novedosas del plan incluyen la creación de una agencia de protección de los consumidores, incrementar el control de los productos financieros ‘complicados’, y mayor vigilancia para la mayoría de las empresas.
En el contexto de la crisis actual, la gran expectativa de este Consejo europeo de verano es que se decida sobre el futuro del mercado laboral europeo, que registra niveles históricos de desempleo. La principal medida que se viene gestando es la aceleración del reparto de los fondos europeos de cohesión social, según el borrador de conclusiones de la cumbre.
Barroso, ¿nombrado o designado?
Durao Barroso quiere renovar como presidente de la CE, y para ello no sólo necesita el apoyo del nuevo Parlamento Europeo, sino tambiíén de los veintisiete líderes de la Unión. Excepcionalmente, Barroso estará ausente en la tradicional cena de esta noche, pues es su futuro el que se decide durante la misma. La gran incógnita es si finalmente los Veintisiete optarán por el nombramiento o la designación del portuguíés como futuro presidente de la CE para los próximos cinco años. La diferencia reside en si el apoyo político de los jefes de Estado y de Gobierno tendrá carácter jurídico, lo cual zanjaría numerosas especulaciones durante el verano.
Por el momento, algunos mandatarios europeos ya han hecho público sus apoyos a Barroso. Las declaraciones más esperadas sobre este asunto eran las francesas y alemanas. La semana pasada Sarkozy y Merkel anunciaban conjuntamente su apoyo a Barroso a condición de que presente un programa político. Como curiosidad, el candidato portuguíés tambiíén cuenta con los apoyos políticos de tres líderes socialistas europeos: el presidente español, Josíé Luis Rodríguez Zapatero, el portuguíés Josíé Sócrates y el británico Gordon Brown.
En juego está tambiíén el resultado del referíéndum que Irlanda celebrará el próximo otoño, y consecuentemente, la aprobación del Tratado de Lisboa, situación que los Veintisiete piensan suavizar con la presentación de una serie de garantías a Irlanda. La cuestión puede ser de vital importancia tambiíén para la reelección del futuro presidente de la Comisión, puesto que si Barroso tan sólo consigue de este Consejo su apoyo político, su reelección quedará supeditada a los resultados irlandeses. Así, algunos líderes europeos se muestran favorables a que el nombramiento del futuro presidente de la CE se realice en otoño, porque saben que procrastinar su reelección, simplemente ayudaría a debilitar al candidato.