Tres jornadas duras en bolsa y palo final a los bajistas
Publicado en Expansión por Josíé Antonio Fernández Hódar
Uno de los últimos comentarios de lectores, colgado en el blog, La bolsa de Cristal, bajo el titular 'Un alto en el camino', es una descripción apocalíptica de la situación a la que, según se dice en el texto, estamos irremediablemente abocados.
Entre ostras muchas cosas, pronostica la desintegración del sistema monetario internacional. Una ola de quiebras del comercio, la banca y bienes raíces. Una crisis terminal de los Bonos del Tesoro norteamericano, el dólar y la libra. No es la primera vez que algunos internautas se descuelgan con textos semejantes.
Algunos llegan a hablar de hambruna a nivel mundial, revueltas callejeras y sublevaciones. Tales augurios fueron, hasta el pasado mes de marzo, el pan nuestro de cada día. Vuelven a serlo ahora en cada ocasión en la que las bolsas retroceden más de dos días consecutivos.
No aportan absolutamente nada, ni propugnan un programa de soluciones. Se trata sólo de un canto al desaliento. Un lamento de quien ha caído en una profunda depresión, o en el mayor de los desánimos, pero que puede ir minando el ánimo de algunos inversores, e incluso animándoles a adoptar posiciones cortas, en un mercado que les está pasando una factura que los va a desplumar.
No estamos ante una situación que permita echar las campanas al vuelo, y mucho menos en España. Los mercados están cotizando el hecho de que se haya salvado al sistema financiero y que se estíén sentado las bases en las que apoyar una recuperación económica.
Sabemos que no será una cuestión a resolver en cuatro días, pero es inevitable, cuando se viene del pesimismo extremo – que siempre es el punto de partida de las fases alcistas–, que los datos macro menos malos se valoren como positivos. No empeorar, es siempre el primer paso para iniciar una mejoría. Y en eso estamos, pero sin prisas, y sin perder los nervios y, por supuesto, sin apostar contra tendencia.
Los tres días de caída, en la semana que hoy se cierra, han sido duros. Las subidas del jueves y viernes no han permitido, a muchos valores, recuperar los precios del viernes anterior. Algunos han quedado seriamente tocados; otros, entre los que Santander brilla con luz propia, han establecido nuevos máximos anuales.
Está fuera de toda duda que los mercados tienen que corregir. Pero estamos viendo que en cuanto la bolsa baja tres días, el dinero entra al quite. Y lo hace desde Wall Street, trasladando su efecto a todas las bolsas del Viejo Continente. Corregirán pero no van a dejar que se desplome.
Los inversores que asumen píérdidas deben mantener la calma. Veremos recortes, pero los precios volverán a subir y se irán reduciendo sus píérdidas. Los que siguen fuera, lo tiene muy mal. Cualquier caída las va a parece pequeña para entrar. Y los que acumulan plusvalías impensables, no es ninguna tontería recoger la cosecha y dar por cerrado, al menos de momento, 2009.