El díéficit se triplica en un solo mes, y llega ya a 19.543 millones, el 1,78% del PIB. La recaudación impositiva se desploma a ritmos del 24%, arrastrada por IVA, Sociedades e IRPF.
El Estado registró hasta final de mayo una necesidad de endeudamiento de 50.451 millones de euros. Un año antes esta cifra ascendió a 746 millones. Es decir, la caja pública cuadra gracias a que la Administración ha recurrido a unos pasivos financieros que aportan 67,6 veces más que en los cinco primeros meses de 2008.
Este dato da buena cuenta del rápido deterioro de la contabilidad de caja, que computa los ingresos y los gastos cuando se efectúan, no cuando se comprometen.
Todo ello para soportar el galopante díéficit de Contabilidad Nacional, que alcanzó en 151 días los 19.543 millones de euros, el 1,78% del PIB. Esto es consecuencia de unos ingresos de 45.358 millones (un 24,9% interanual menos) y unos gastos comprometidos de 64.901 millones (un 13% más). El díéficit actual contrasta con el superávit registrado hasta mayo de 2008, de 2.957 millones de euros.
El díéficit se multiplicó por tres en sólo un mes, ya que en abril el agujero alcanzaba los 6.553 millones. En su comparecencia cuatrimestral ante la Comisión de Presupuestos del Congreso, ayer, el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, explicó que las medidas adoptadas por el Gobierno suponen la mitad del díéficit, mientras que el resto surge de la menor recaudación por la recesión.
De enero a mayo la financiación neta del Estado se basó principalmente en letras del Tesoro a corto plazo y en deuda estatal a medio y largo plazo, que proporcionaron 17.739 y 34.219 millones, respectivamente.
Reserva
De esos importes se han reservado 20.260 millones de euros para aumentar «las posiciones activas de tesorería a travíés de los depósitos». Se afrontarán así con mayor seguridad económica los meses de verano, íépoca menos propicia para la emisión de deuda soberana. Si se descuentan esos depósitos, el endeudamiento estatal habría aumentado en 30.191 millones, arguyó Ocaña. Es decir, sólo 40,5 veces más que hace 12 meses.
El número tres del Ministerio de Economía reconoció que la alta necesidad de financiación del Estado no es «sostenible» a medio plazo. Y destacó que este año el díéficit sobrepasará el 9% del PIB, pero no llegará al 10%. Y «no puede crecer más», apostilló.
El 90,1% de los ingresos procedió de los impuestos, cuya recaudación disminuyó un 24% interanual y un 44,3% intermensual. El IVA se dejó un 30%. El IRPF pasó de reportar 32.442 millones a 27.692, cayendo un 14,6% (el tramo estatal, un 31,4%). Y se ingresó un 20,7% menos por el Impuesto de Sociedades.
Son tambiíén significativas la caídas del alcohol y bebidas (-20,2%), de la cerveza (-7,9%) y de los hidrocarburos (-7%). La electricidad rompió la tendencia con un saldo positivo del 14,8%.
Los gastos financieros ascendieron a 7.155 millones, el 1% más, y los pagos por gastos de personal supusieron 9.469 millones, el 2,4% más. Y las transferencias de capital crecieron el 230,6%, por el Fondo Estatal de Inversión Local.
Por su parte, la Seguridad Social tuvo un superávit de 10.771,01 millones hasta mayo, un 26,66% menos con respecto al mismo periodo de 2008.