Jerome Kerviel habla por primera vez: "No seríé el chivo expiatorio de Sociíétíé Gíéníérale"
El artífice de una de las mayores estafas financieras de la historia ha hablado por primera vez ante los medios de comunicación. Jerome Kerviel ha reconocido su "parte de responsabilidad" en el fraude, pero tambiíén ha mandado un mensaje alto y claro al banco francíés: "no seríé el chivo expiatorio de Sociíétíé Gíéníérale"
Despuíés de usurpar la friolera de 4.900 millones de euros al segundo banco de Francia el trader más famoso de los últimos tiempos ha comparecido por primera vez ante un medio de comunicación. Ha sido durante una entrevista concedida a la agencia AFP que ha tenido lugar en el despacho de su abogada, Elisabeth Meyer.
Durante el encuentro con la prensa, Kerviel no ha eludido su "parte de responsabilidad" en el fraude, pero tambiíén ha dejado claro que detrás de esta trama hay mucho más donde rascar. Parco en palabras, el ex empleado de Sociíétíé Gíéníérale sí ha asegurado, entre otras cosas, que íél no será "el chivo expiatorio" de la entidad gala. La entrevista ha sido breve porque Kerviel "reserva para los jueces" el resto de declaraciones.
El autor de este fraude "inaudito", como lo catalogado el titular del Banco de Francia, Cristian Noyer, ya había manifestado anteriormente su incredulidad sobre la falta de conocimiento de sus jefes. Según los extractos de las transcripciones de los interrogatorios realizados por la policía, Kerviel habría asegurado que no podía creer que "sus superiores no se dieran cuenta del dinero que estaba comprometiendo (en las operaciones ilícitas). Era imposible generar dichas ganancias con pequeñas posiciones".
El 'míétodo Kiervel'
A sus 31 años de edad este trader francíés fue capaz de violar todos los sistemas de seguridad para hacer operaciones financieras paralelas y causar píérdidas cercanas a los 5.000 millones de euros en Sociíétíé Gíéníérale. Durante doce largos meses Kerviel logró evadir pasos elementales de una transacción, como por ejemplo, esconder una orden de compra con otra de una de venta ficticia. De este modo dejaba los registros del banco francíés completamente limpios. Hablando en plata, lo que se compraba, se vendía. Y con el dinero recaudado hacía operaciones en las bolsas europeas. Sus conocimientos informáticos le permitieron evitar los controles ordenando operaciones anticipadas, con lo que lograba salir del sistema antes de que Sociíétíé Gíéníérale pudiera sospechar.
Ahora Kerviel tendrá que explicar detalladamente todas las operaciones que realizó en el último año. Aunque sus abogados aseguraban el pasado fin de semana que su defendido “no ha cometido ningún delito, que no se ha llevado ni un solo cíéntimoâ€, el trader lo tiene muy difícil. La defensa ya ha señalado que el verdadero culpable del escándalo financiero es el propio banco, por “haber creado una cortina de humo para desviar la atención del público sobre otras píérdidasâ€. Sus abogados aseguran que no será acusado de fraude.
De momento pocos conceden el beneficio de la duda a Kerviel, que será procesado por abuso de confianza, falsificación y violación de la seguridad de sistemas de tratamiento de datos informáticos.