Analiza factibilidad para producir 50 millones de litros anuales para Petropar.
La empresa española Nimo Iniciativas analiza la posibilidad de instalar en el país una planta de aceite y de biodiíésel de coco. La inversión que alcanzaría 14 millones de euros (unos 19,6 millones de dólares), sería radicada este año, según informó Sergio Sapena, ejecutivo de la consultora Paraguay Suma, que asesora a la compañía europea.
La inversión incluye además de la parte industrial, costos de promoción de los cultivos, apoyo a cosecha y poscosecha, formación de recursos humanos con un alto contenido social inclusivo.
El proyecto cuenta con el apoyo de la Red de Inversiones y Exportaciones (Rediex), a travíés de la Mesa Sectorial de Biocombustibles, y del Ministerio de Justicia y Trabajo (MJT).
La intención es producir, a partir de 3,5 millones de cajones de coco, unos 50 millones de litros al año, que será entregado en su totalidad a Petropar, detalló Sapena. No obstante, la planta podrá iniciar sus operaciones con un millón de cajones de coco y despuíés irá aumentando.
Guillermo Parra, gerente de la Mesa de Biocombustibles, indicó que de conseguirse dicha producción, se podrá llegar al B5, es decir, a la mezcla del 5% de biodiíésel con el gasoil.
Potencial
En estos momentos, el proyecto se encuentra en etapa de prospección de yacimientos agroenergíéticos de superficie, para determinar el potencial de producción de materia prima de la región. Para ello, a travíés del convenio con el MJT, contrataron a 10 jóvenes del departamento de Cordillera en igualdad de gíénero (50% chicas y 50% muchachos), con el asesoramiento y asistencia de dicha cartera de Estado, la gobernación de Cordillera y la Mesa de Biocombustibles.
Sapena explicó que el relevamiento de la materia prima y su puesta en valor es para ver cuánto coco hay en la región. Despuíés quieren avanzar en un censo en Paraguarí y Central o Concepción, donde saben hay más cantidad de materia prima. “Creemos que una gran parte del coco del país no se recoge y es lo que queremos comprobar y sobre esa base proyectar la planta de biodiíéselâ€. Estima que este censo llevará unos tres meses, es decir, hasta setiembre, cuando tendrán una idea de cuánto coco hay para dimensionar la aceitera y la planta de biodiíésel.
La idea, según el ejecutivo, es tener la planta aceitera y de biodiíésel cerca de las aceiteras de coco y las plantaciones.
Añadió que el proyecto incluye un modelo de economía sostenible, porque quieren poner en valor al coco y dar a toda la cadena de producción y comercialización un sustento de largo plazo. “No queremos que exista una incertidumbre de precios, sino hacer un contrato de largo plazo con los productoresâ€.
Energía renovable
Además, comentó que se invertirá mucho en el Centro de Referencia de Bioenergía (Cerebio) en Paraguay, un centro de desarrollo agroenergíético que analizará la energía renovable, empezando con la planta de coco.
Dijo que tambiíén se pretende crear un fondo social para elevar el nivel de vida de todas las personas que están en el negocio del coco. “El concepto es no solo beneficiar a los empresarios y empleados de la planta, sino tambiíén a los productoresâ€.
Señaló que cuando la empresa funcione a tiempo completo se pretende emplear a 430 personas en forma directa y 850 indirecta, unos 1.300 empleos en toda la cadena.