China y Estados Unidos llevarán a cabo el próximo lunes y martes en Washington el primer Diálogo Económico y Estratíégico, en el que abordarán el comercio bilateral, el cambio climático, la reevaluación del yuan, entre otros temas.
Se trata de una iniciativa que pone de manifiesto la interdependencia entre la primera y la tercera economía mundial y cuyo objetivo es reforzar los lazos bilaterales y buscar soluciones a los conflictos de intereses.
"La crisis financiera demostró que China y Estados Unidos son la misma cara de una moneda", resumió el profesor Yin Zhongli, de la Academia de Ciencias Sociales de China.
"Son inseparables el uno del otro. A China le importa tanto la economía estadounidense como al propio pueblo americano", agregó la fuente.
El estallido de la crisis financiera ha sacado a la luz que las dos economías tienen una dependencia mutua.
Por una parte, China necesita una economía estadunidense dinámica, con un gran consumo, porque Estados Unidos es su segundo socio comercial, despuíés de la Unión Europea (UE), y un frenazo de las importaciones de productos ‘Made in China’ tiene consecuencias nefastas para la locomotora china.
Aunque China creció al 7.1 por ciento en el primer semestre de 2009, algunos especialistas señalan que las cifras se deben exclusivamente al plan de estímulo de 580 mil millones de dólares adoptado en noviembre.
Los expertos apuntan que sin la inyección de capital en sectores como la infraestructura o las comunicaciones, el crecimiento chino para este año apenas sobrepasaría el 1.0 por ciento, lo que en tíérminos de desempleo y cierre de empresas habría sido catastrófico.
La principal razón es la caída en picada de las exportaciones chinas, sobre todo a Estados Unidos, que se ve reflejado en la balanza comercial: en los primeros seis meses de 2009, el comercio bilateral se situó en 132 mil millones de dólares, un 16.6 por ciento menos que en 2008.
Pero si China necesita al consumidor estadunidense para seguir creciendo, Washington requiere la abundante liquidez de Pekín que le proporciona la ingente reserva de divisas, las mayores del mundo, con más de dos billones de dólares (2.13 billones), para que el país asiático siga adquiriendo deuda pública estadounidense.
China es el mayor tenedor de deuda pública estadounidense, por delante de Japón, y los analistas señalan que más de la mitad de los dos billones de dólares corresponde a bonos del Tesoro y otros títulos de deuda de Estados Unidos.
Esta situación ha provocado preocupación en Pekín, que teme que una devaluación súbita del dólar implique un descalabro de la inversión china, por lo que con toda probabilidad China pedirá a Estados Unidos la próxima semana que le díé mayores garantías de que sus inversiones son seguras.
"Estados Unidos debe persuadir a China para que siga comprando bonos del Tesoro o al menos mantenga los que tiene", indicó Zhao Xijun, profesor de la Universidad del Pueblo en Pekín.
Además de los temas de comercio bilateral, se espera que los dos países aborden cuestiones como el cambio climático, cuyo entendimiento mutuo es crucial para lograr un nuevo pacto global en Copenhague a finales de año que sustituya al Protocolo de Kyoto.
Asimismo, se discutirá la reforma del Fondo Monetario Internacional, donde China quiere mayor papel, así como la reevaluación del yuan, un tema siempre espinoso en el diálogo sino-estadounidense.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton y el secretario del Tesoro, Timothy Geithner serán las máximas autoridades estadunidenses en el Diálogo Económico y Estratíégico, un mecanismo propuesto por la Administración de Barack Obama para ampliar el campo de visión del Diálogo Estratíégico, creado en 2004 por George W. Bush y el presidente Hu Jintao.
Los representantes chinos serán el influyente consejero de Estado, Dai Bingguo y el viceprimer ministro, Wang Qishan. (Con información de Notimex/JOT)
