Mientras que la industria estatal de refinación opera desde hace más de 14 años con píérdidas, la delincuencia organizada ha logrado consolidar una ``empresa paralela'''' que obtiene cuantiosas ganancias con los combustibles que sustrae de forma ilícita de las instalaciones de esta misma área.
Estados financieros de Petróleos Mexicanos (Pemex) de los últimos seis años muestran que este sector encargado de garantizar el suministro de combustibles al mercado nacional acumula píérdidas por 219 mil millones de pesos, debido fundamentalmente a la falta de capacidad de producción.
En esos mismos seis años, la ordeña de ductos, robo de combustibles a autotanques, a pipas, terminales de almacenamiento y distribución podría ascender a más de 100 mil millones de pesos, esto es, la mitad de las píérdidas financieras de la segunda filial más importante de la industria petrolera.
George Baker, analista del sector energíético, indicó que es una incógnita hasta dónde alcanza la red de complicidades, pues tendrá que revelarse con la investigación que las autoridades iniciaron, las personas y las empresas que transportan esos productos, la ubicación de las refinerías caseras clandestinas, los lugares donde se almacenan y, en general, dónde se encuentra toda esa infraestructura que se enriquece a costa de las píérdidas de la paraestatal.
``El costo del robo de combustibles habría servido para pagar, por lo menos, una quinta parte de las compras externas de petrolíferos'''', aseguró un alto funcionario de Pemex.
El uso de información privilegiada y las mejoras en los sistemas de transporte y distribución, son capitalizados por el crimen organizado, que al final aprovecha las debilidades de Pemex para operar con plena libertad.
De acuerdo con funcionarios de la paraestatal que solicitaron el anonimato, el crimen organizado sustrae de Pemex gasolinas, diesel, combustóleo y gas.
La paraestatal ha documentado tambiíén el robo de petróleo crudo.