La Casa Blanca reiteró el lunes la promesa electoral del presidente Barack Obama de no aumentar los impuestos a la clase media despuíés de que dos de sus asesores abrieron la puerta a esa posibilidad para paliar el creciente díéficit fiscal.
"El presidente fue muy claro durante su campaña de que no elevaría los tributos a las familias de clase media", señaló en una declaración a los periodistas el portavoz Robert Gibbs.
"Ningún economista pensaría que, en el ambiente en que estamos, elevar los impuestos a la clase media tenga algún sentido", añadió.
Para los estadounidenses los impuestos son un anatema político y muchos recuerdan la promesa de no elevarlos formulada por el ex presidente George Bush (1989-1993).
En una conversación con periodistas durante su campaña electoral, Bush padre afirmó de manera tajante: "no más impuestos....líéanme los labios... no más impuestos".
Pero al promediar su mandato se vio obligado a elevar los tributos lo que significó la píérdida de su caudal político y la virtual imposibilidad de ser reelegido.
Obama, quien ha tenido que enfrentar un díéficit fiscal que llegará a los casi dos billones de dólares en los próximos meses en medio de una de las recesiones más profundas sufridas por el país, señaló que en caso de un aumento tributario, íéste estaría dirigido a quienes ganan más de 250.000 dólares al año.
"Espero que este compromiso estíé claro....en tíérminos que no dejen lugar a dudas, (el presidente) no va aumentar los impuestos a quienes ganan menos de 250.000 dólares al año", señaló Gibbs.
Obama ha prometido que reducirá el díéficit a la mitad al promediar su mandato, a pesar de la previsible reforma del sistema de salud, un proyecto que ha encontrado inesperada oposición no sólo de los legisladores republicanos sino tambiíén de algunos demócratas.
"Si ganas menos de 250.000 dólares, no verás que tus impuestos aumentan más de un centavo, ni en las contribuciones al seguro social de los empleados que pagan los patrones, ni en el impuesto a las ganancias de capital. Ningún impuesto", manifestó Gibbs.
Sin embargo, el pasado fin de semana el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, y el director del Consejo Nacional Económico, Larry Summers, no excluyeron la posibilidad de que el aumento incluya a toda la población.
Geithner manifestó a la cadena de televisión ABC que el control del gasto es ahora una de las prioridades del Gobierno y que la reforma del sistema de salud no bastará para neutralizar su aumento.
Dejó abierta la posibilidad de un incremento tributario con una declaración en la que no incluyó la fatídica frase "aumento de impuestos".
"No podemos decir ahora exactamente lo que se va a necesitar para llegar" a la solución del díéficit fiscal, manifestó.
"Si queremos que la economía crezca en el futuro, la gente tendrá que comprender que tenemos que reducir los díéficit", agregó.
Geithner pronosticó que las medidas "van a ser difíciles...y el camino es la reforma del sistema de salud. Esa reforma es necesaria, pero no suficiente. Tendremos que hacer otras cosas".
En el mismo programa se pidió al director del Consejo Económico Nacional del presidente Obama que aclarara si las declaraciones de Geithner abrían la puerta al aumento de impuestos.
Summers respondió: "muchas cosas pueden pasar con el tiempo. Nunca es buena idea descartar (algo) absolutamente del todo".
El ex presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, aseguró por su parte que la economía de EEUU logró evitar su colapso total y que ya ha comenzado su recuperación.
Sin embargo, tambiíén manifestó que en última instancia el Gobierno tendrá que aplicar algún impuesto para elevar sus ingresos fiscales.
Según el ex jefe de la política monetaria de EEUU, ese aumento tomaría la forma de un impuesto al valor agregado la cual sería "la solución menos mala".
"Es lo único que aumenta los ingresos fiscales en cantidades importantes sin tener un impacto considerable sobre la economía", indicó.