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Autor Tema: Obama da matrí­cula universitaria gratis a los soldados...  (Leído 362 veces)

Orpheo

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Obama da matrí­cula universitaria gratis a los soldados...
« en: Agosto 09, 2009, 03:09:05 pm »
PABLO PARDO desde Washington3 de agosto de 2009.- ¿Le pagarí­amos a los soldados españoles un Master en el IESE? En EEUU, sí­. Muchos militares tienen MBAs por Harvard. Y otros muchos Masters en Relaciones Internacionales. Lo más curioso es que, cuando el Pentágono les paga la matrí­cula en esos programas, cuyas matrí­culas nunca bajan de los 25.000 euros anuales, tambiíén les mantiene el sueldo. "Estudiar es mi trabajo. ¿Por quíé no me van a pagar?", me dijo una vez un ex compañero de Master, que era un Boina Verde, cuando vio mi cara de sorpresa al enterarme de todo eso.

Ahora, Barack Obama y el Congreso han dado un paso más en esa dirección, al anunciar matrí­cula gratis en las Universidades para todos los que hayan servido en las Fuerzas Armadas desde el 11-S. La medida ha sido promovida por el senador Jim Webb, un curioso personaje: veterano de Vietnam, secretario de Marina con Ronald Reagan y, hasta que el Partido Republicano giró a la derecha en los 90, un destacado lí­der de esa formación en Virginia.

El modelo de la Ley es la llamada G.I Bill (G.I. son las iniciales de 'galvanized iron', o 'hierro galvanizado', pero en EEUU es un tíérmino que significa 'soldado'). La G.I. Bill es una Ley de 1944 tremendamente neokeynesiana: daba un subsidio de paro de 20 dólares semanales (que hoy equivaldrí­a a unos 170 euros) a los soldados que al regresar de la Segunda Guerra Mundial no encontraran trabajo, les concedí­a críéditos para la compra de viviendas y apertura de empresas y, sobre todo, les subvencionaba el acceso a la Universidad. En total, la G.I. Bill produjo 450.000 ingenieros, 233.000 maestros y 79.000 míédicos, y fue una de las puertas que abrió las Universidades de EEUU a los negros.

La nueva G.I. Bill se centra en la educación. En EEUU las universidades públicas tambiíén cobran por la matrí­cula. Y bastante. En Montana, que es el Estado más caro en ese capí­tulo, estudiar en un centro del Estado sale por 13.000 dólares (9.100 euros) al año, sin contar gastos de alojamiento, material acadíémico, seguro míédico (las Universidades suelen exigir a sus estudiantes que lo tengan) y manutención. Ahora, cuatro años de matrí­cula y buena parte de los gastos adicionales, corren a cargo del Estado siempre que un soldado haya servido durante tres meses despuíés del 11-S.

En EEUU, como en casi todas partes, los soldados son pobres. La inmensa mayorí­a de ellos son blancos de zonas rurales del sur, negros, hispanos y nativos. Y las Fuerzas Armadas son una especie de Estado de Bienestar, con sus propios hospitales, sistema de pensiones y hasta Universidades. De hecho, desde la perspectiva española es curioso lo bien que EEUU trata a sus militares. En 2003, por ejemplo, un soldado costaba en promedio 99.000 dólares (que hoy, descontada la inflación, serí­an casi 114.000 euros), de los que sólo el 43% era sueldo. Esa cifra no incluí­a el entrenamiento ni el salario extra por ir a la guerra.

En otras palabras: en EEUU, ir a las Fuerzas Armadas es una opción respetable, cosa que en España, seamos honestos, no lo es. Una vez, otro compañero de Master que habí­a sido Navy SEAL (una unidad de más íélite aún que los ‘Boinas Verdes’), me explicaba que, si se descontaban todos los beneficios extrasalariales que habí­an perdido al colgar el uniforme, sus ex compañeros que se habí­an ido a trabajar como contratistas en empresas de mercenarios habí­an hecho un píésimo negocio. Es cierto que cobraban varias veces más que un Navy SEAL, pero no tení­an sanidad gratis. Ni pensión garantizada. Es más, tampoco tení­an descuentos en las tiendas. Y ni siquiera podí­an comprarse antes que nadie y a un precio muy rebajado la última consola de Sega o Microsoft en cualquier base de Irak o Afganistán. (Mi amigo, no obstante, colgó el uniforme y trabaja ahora en McKinsey, con lo que me imagino que gana tanto como un Navy SEAL, un contratista de Blackwater y yo juntos).

Así­, en un paí­s una movilidad social muy baja, las Fuerzas Armadas se convierten en una forma de ascenso en la sociedad. Justo, me parece a mí­, al contrario que en España, donde, volviendo al arranque de este 'post', no me parece a mí­ que nadie estíé por la labor de darle a nuestros soldados en Qala-i-Now una subvención para que se haga un Master en el IESE.


En individuos, la locura es rara; en grupos, partidos, naciones y épocas, es la regla", Nietzsche.