INICIO FOROS ÍNDICES DIVISAS MATERIAS PRIMAS CALENDARIO ECONÓMICO

Autor Tema: Libran familias mexicanas dura batalla contra la crisis...  (Leído 559 veces)

OCIN

  • Moderador
  • Excelente participación
  • ***
  • Mensajes: 95.717
  • Karma: +8/-12
  • Sexo: Masculino
Libran familias mexicanas dura batalla contra la crisis...
« en: Agosto 14, 2009, 11:45:00 am »
De norte a sur, de oeste a este, las familias mexicanas enfrentan un gran desafí­o ante la situación económica que aqueja al paí­s. Desde el campesino hasta el burócrata, todos intentan salir adelante para dar a los suyos la oportunidad de satisfacer sus necesidades básicas.

Los Flores / Queríétaro Sobreviven con $500 al mes

Don Serafí­n vendió las pocas chivas que le quedaban para invertir en la siembra de maí­z. A eso se ha dedicado en las últimas semanas. No ha ganado nada en ninguna de sus dos actividades: la venta de animales y de granos. Tampoco ha podido continuar con la remodelación de su casa en la periferia de Queríétaro. En julio, su familia obtuvo ingresos sólo por 500 pesos, gracias a que su esposa Juana vendió algunos tamales. “Hay dí­as que no sale ni para comer”, dice. Los Flores no son los únicos que la están pasando mal, a la mayorí­a de las familias consultadas les preocupa el reinicio de clases y los gastos en útiles escolares y uniformes. Lamentan que ya no alcance para las vacaciones “ni en camión”.

Los Coronado / Tijuana Pudieron salir de fin de semana

Julio Cíésar Coronado Rodrí­guez, jefe de recursos humanos de una compañí­a japonesa, se considera afortunado por haber mantenido su empleo en la peor crisis financiera de la empresa, pero añora el tiempo en que el pago de horas extra le significaba una retribución equivalente a la tercera parte de su sueldo actual. La maquiladora de pantallas de plasma donde trabajan los Coronado tuvo que despedir a casi la mitad de la planta laboral por la recesión económica.
Julio y su esposa Fernanda han logrado mantener su economí­a familiar en números negros, pudieron salir de paseo a Ensenada y comprar un clóset que les hací­a falta. El joven matrimonio acordó replantear su gasto para optimizar recursos. Hicieron un programa de ejercicios y vida sana para evitar enfermedades. íél bajó seis kilos y su salud mejoró.
Ella, quien trabaja en una guarderí­a infantil que da servicio a las empleadas de la empresa donde labora su esposo, decidió no comer en la calle para contribuir al ahorro familiar.
Aunque afirman que desde finales de 2008 viven al dí­a, su situación actual es estable: conservan el empleo y mantienen sus finanzas sanas, pese a que tienen que hacer fuertes pagos de su casa y de críéditos. La venta del automóvil que habí­an comprado para el uso de Fernanda les ayudó a solventar algunos gastos. Esperan con ansiedad el fin de año porque con el aguinaldo, ahorros y otros ingresos, podrán saldar los críéditos de diferentes tiendas departamentales, su única opción para proveerse de artí­culos como ropa y calzado.
El ser una pareja joven, con sólo una hija de tres años, les ayuda en su situación y confí­an en que esta mejorará más. Están conscientes de que su bienestar familiar y de pareja depende, en gran parte, de la tranquilidad financiera

Los López / Cieneguitas Subieron los precios y faltó el trabajo

Aunque julio fue un mes de gastos desahogados para la familia López Guajardo, tambiíén significó abstenerse de vacacionar y de salir a comer fuera de casa, para atender otras necesidades de su vivienda.
El matrimonio de Alejandro y Susy asegura que tomar vacaciones hubiera significado “irnos a divertir, a malgastar el dinero que no tenemos. Algo así­ como darnos vida de ricos por unos dí­as y luego todo el mes vivir como pordioseros”. Por lo pronto están en la lógica de “apretarse el cinturón” para poder solventar los gastos del regreso a clases, la compra de útiles, uniformes y la cooperación que piden una vez que el pequeño Diego ingrese al primer grado de primaria.
Susy comenta que uno de los gastos imprevistos fue impermeabilizar su pequeña vivienda, pues tuvo humedad tras las intensas lluvias de la temporada. Pero se siente feliz porque pudo comprarse un par de zapatos.
El matrimonio López Guajardo considera que julio fue un mes ordinario, “sin tantos gastos y más desahogado” que otros meses.
Ella se dedica a la costura pero casi no tuvo clientes. La familia depende principalmente de los ingresos que Alejandro percibe como empleado de la Unidad Minera Francisco I. Madero. En julio compraron menos productos de la canasta básica pues se percataron de que el precio de algunas frutas y legumbres aumentó.

Los Flores / La Purí­sima Hay dí­as en que no sale ni para comer

Serafí­n Flores y Juana Vega se quedaron sin dinero. Vendieron las chivas para dedicarse a la labor en el campo y por eso el jefe de familia no puede trabajar en la “albañilada”, como íél dice. Sobreviven con poco más de 500 pesos al mes, que salen de la venta de los tamales, porque de la labor en el campo nada se obtiene. “Aquí­, en vez de ganar, se invierte; aquí­ no se gana nada, hasta que se logre la cosecha”, dice don Serafí­n. “Hay dí­as que no sale ni para comer”, musita sin que se le cuestione.
— Y entonces, ¿de dónde sale el dinero?
— No sabemos. Esto es como la Divina Providencia, no sabemos de dónde viene. Nosotros tambiíén no sabemos ni a quíé hora amanece; nos levantamos dando gracias a Dios y entonces comemos, bebemos, no sabemos… vamos sobreviviendo.
Su esposa, sin embargo, no lo toma con esa tranquilidad y fe que manifiesta íél. Ella dice que la crisis aprieta cada dí­a más, que las cosas se han puesto peor. “¿Crisis? Ya la resentí­, dí­game si no… todo está muy caro; va uno con 100 pesos y ya no trae uno nada; nada más un kilo de frijol y en unos chiles que compre uno y se acabó. Antes se compraba más. Antes estaba claro pero no se compara con ahorita”, explica doña Juana.
Las chivas las tuvieron que vender porque se vení­a el ciclo de siembra, y si ahora no se trabajaba, la esperanza de cosechar algo se acababa, así­ que con parte del dinero que recibió por los animales, compró semilla y fertilizante para sembrar en las cuatro hectáreas que tiene. Ahí­ tambiíén invirtió los 5 mil pesos que recibió del Procampo, y apenas completó para abrir surco.
“Hace falta otra fertilizada a la tierra, pero ahí­ se quedará, así­ con eso. Faltarán unos 10 mil pesos, por el fertilizante y luego el herbicida… y si no se consigue pues se queda así­, porque entre más fertilizante se le ponga es más grano”.
Ellos saben que están a expensas de que llueva para que la cosecha se logre… y hasta la primera semana de agosto no habí­a llovido. Serafí­n no se amilana: “Aquí­ sigue uno nada más porque uno tiene su espí­ritu lleno de gozo de que voy a hacer el trabajo y lo sabe hacer, porque si no es así­, no síé quíé harí­amos”. Su esposa ve las cosas de otra manera: “Empeoró la situación, va empeorando más. Todaví­a no vemos el cambio; es como le digo, antes estaba un presidente municipal y ya entró otro y no sabemos quíé proyectos tenga. Ya mejor que dejen a uno renegar su suerte”.

Los Gutiíérrez / Mazatlán Pasan por una buena racha

La familia Gutiíérrez valora mucho tener empleo. Están contentos porque Mario no se ha quedado sin ir a trabajar y no le han reducido su jornada, lo cual ya es ganancia, y más si lo compara con todo lo que vivió en mayo, que hasta dejó de trabajar dí­as, porque en su centro de labores la situación se volvió complicada por la enfermedad de la influenza que paralizó al paí­s.
Pero el turismo se reactivó y con ello el trabajo volvió. Algunos hoteles de la zona alcanzaron hasta 95% de ocupación y eso es bueno, y más porque ya tambiíén llegaron los cruceros turí­sticos y en ellos vienen miles de personas y cada uno gasta mí­nimo 75 dólares, dinero que se distribuye en restaurantes y comercios.
La confianza ha vuelto y espera que la situación siga así­ un mes más. A partir de la segunda quincena de agosto la gente regresa a sus hogares, por el inicio del ciclo escolar y, por tanto, la calma llega al sector turí­stico. Ahora lo importante es que vienen varios grupos, porque Mazatlán es sede de varias convenciones y eso ayuda a los hoteles, pues son reuniones de cientos de personas.
Para íél, la única forma de salir adelante es ahorrando en gastos. Pronto comprará los útiles escolares de sus dos hijos y luego esperará a que llegue diciembre para recibir el aguinaldo. Sólo entonces podrá obtener ingresos extra que le ayuden a mejorar su vida, en lo que se refiere a lo económico, pues en salud y bienestar dice que no tiene quíé pedir y así­ espera seguir.

Los Jasso / Tlalnepantla ‘Hace mucho estamos en el fondo’

Los Jasso volvieron a ocupar el “guardadito” de los imprevistos y compraron dos trajes de vestir para la hija mayor. Invirtieron 3 mil pesos en ropa para mejorar la presentación en las entrevistas de trabajo. Ya son tres meses de desempleo para la hija de don Mario Jasso aún no hay ninguna oferta clara. Con su licenciatura en Turismo y un sector afectado por la influenza le ha sido imposible colocarse en alguna empresa.
Los dos trajes ya fueron estrenados e incluso surgieron un par de entrevistas, pero las condiciones no eran buenas, un sueldo muy bajo para alguien que tiene licenciatura y un puesto que no es su ramo.
Las otras fuentes de ingresos de la familia tambiíén van a la baja. Las ventas de Abarrotes ‘El Tiunfo’ no han logrado levantarse en todo el año. Quizá por eso Mario se rí­e cuando escucha la noticia de que ya tocamos fondo: “Son mentiras, pues tiene mucho que estamos en el fondo y no hay ni para cuándo salir”.
A los Jasso las vacaciones escolares les han afectado en las ventas. La gente deja de comprar los ingredientes para el sándwich y el jugo o galletitas para el lunch. “Y no tenemos fecha para mejorar porque este mes nuestros vecinos invierten en la compra de uniformes, útiles y zapatos, así­ que a ver cómo nos va”, dice don Mario.
Julio fue un mes crí­tico. Sin dinero. “Hemos vivido al dí­a. Poco a poco salen los gastos, pero es difí­cil, si no nos hemos quedado sin comer es porque somos muy organizados”. Los Jasso suman a su ingreso mensual las comisiones que Mario recibe de la madererí­a, el segundo negocio. Pero las ventas bajaron 50%.

Los Gómez / Ciudad de Míéxico El peor mes del año

Económicamente ha sido el mes más pesado del año para los Gómez. Quizá porque siempre tienen la esperanza de que la situación económica mejore y la realidad es que tanto en el diván de Alejandro como en la veterinaria de su esposa, la crisis se refleja en la falta de clientes.
El siquiatra siempre piensa que el mes que entra la situación mejorará, pero conforme pasa el año cada dí­a 30 termina diciendo: “Este mes me fue muy mal”.
Toda la familia vive de los servicios, íél de dar consultas a humanos y su mujer de atender a animales. A ambos el trabajo les ha bajado 45% y esa cifra aumenta 5% cada mes, lo que ha repercutido completamente en su vida.
El año pasado, en estas fechas, ya tení­an viaje pagado para diciembre. Solí­an irse tres semanas, muchas veces cruzaban el Atlántico e incluso contaban con el dinero suficiente para pagar sus gastos sin recibir ingresos en ese mes. Hoy no hay ni destino pensado para las vacaciones, pues no alcanza para ningún viaje ni en carretera.
Tampoco hay señales de que la situación mejore. Cada dí­a les cancelan consultas. “Me llaman mis pacientes y a muchos les receto medicamentos, pero no los veo porque ya no les alcanza para tratarse trastornos mentales, a pesar de que en tiempo de crisis, la ansiedad y depresión suben”.
Los Gómez hacen un corte semanal de las ganancias, juntan ingresos, apartan para los gastos necesarios y lo poco que sobra lo dejan para imprevistos. Ya no hay salidas al cine ni comidas fuera de casa. íél toca más la guitarra y lee más. Dice que este 2009 la familia ha leí­do por lo menos lo doble que en 2008. “La crisis me ha cambiado la vida”, lamenta Alejandro Gómez.

Los Gómez / Juchitán La hija aún no consigue empleo

El periodo vacacional de los estudiantes le pegó a los ingresos del taxista Benigno Gómez López. “Apenas saquíé 7 mil 500 pesos y ahora no tuve ingresos extra porque no salió ni un viaje a Oaxaca”, lamenta. En junio, Beny, como es conocido en su gremio, ganó 7 mil pesos, “aunque tuve la fortuna de hacer dos viajes extra a Oaxaca que me permitieron ganar mil pesos más”.
La esposa de Benigno, doña Marí­a Guadalupe Ruiz, relata que “aunque dicen por ahí­ que la crisis ya se está acabando, lo cierto es que mi hija Consuelo aún no consigue un nuevo empleo”. La hija mayor de la familia Gómez Ruiz ayudaba con el ingreso familiar con su salario de 2 mil pesos mensuales, pero fue sometida a una intervención quirúrgica y su restablecimiento le hizo perder el trabajo. Además de los gastos normales de la familia, en el mes pasado, al igual que en junio, la familia Gómez Ruiz tuvo egresos extraordinarios “porque mi nieto Eduardo de Jesús volvió a enfermarse y gastamos 500 pesos en medicinas”, dice Beny.
De acuerdo con el taxista, la situación económica podrí­a mejorar algo “hasta mediados de agosto, cuando regresen a clases los alumnos de primaria y secundaria, que son los que solicitan nuestros servicios”. Aunque no han salido de vacaciones, se han dado tiempo de asistir a algunas fiestas. “Ahí­ la llevamos”, señala.

El burócrata No tuvieron para salir de vacaciones

Cuando no hay dinero para salir a la playa ni vacacionar en la ciudad, el refrigerador de la familia del burócrata se abre todo el dí­a. “Tuvimos que invertirle unos 2 mil pesos más a las compras del supermercado, pues mis hijos la pasaron todas las vacaciones en casa y sin dinero para salir lo único que les queda es ver televisión y consumir más alimentos y bebidas en casa”, dice el funcionario de la Secretarí­a de Turismo del Distrito Federal.
Todaví­a su bolsillo resiente los gastos del pago de colegiaturas para la preparatoria de su hijo. Gracias a eso, todo el mes de julio la familia del burócrata ajustó sus dos quincenas para pagar el resto de los servicios en casa como luz, telíéfono, internet, gas y agua.
Aunque esta familia de tres burócratas tiene ingresos fijos, los gastos en esparcimiento se han reducido. En otros años, ya estarí­an en Cancún en pleno verano, ahora sólo hay para lo necesario. Las salidas se resumen en una ida al cine una vez por mes o comidas en restaurantes modestos para los fines de semana.


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...