El mercado de divisas sigue revuelto. El elevado díéficit de EE UU pesa como una losa sobre el dólar -cotiza a 1,432 unidades por euro- y los expertos no descartan que se debilite hasta 1,5 este año. Mientras, se reaviva el debate acerca de si podría estar a punto de perder su estatus de moneda de referencia mundial.
La mayoría de los expertos considera que la debilidad del dólar se agudizará este año. "Esperamos que siga a la baja y se deprecie hasta los 1,46 dólares por euro. Existen tres razones. La primera que el tremendo esfuerzo realizado por las autoridades estadounidenses para impulsar el crecimiento requiere financiación internacional, lo que ha puesto freno al ajuste del díéficit exterior. Segundo, por la lucha contra la deflación y, por último, por la abundancia de dólares que hay en el mercado", explica Josíé Luis Martínez, estratega de Citi en España.
De momento, la divisa norteamericana se ha movido durante este verano en una estrecha banda, comprendida entre los 1,38 y los 1,44 dólares por euro. Ayer cotizó a 1,432, lejos de los mínimos históricos que tocó por encima de 1,6 hace poco más de un año. Desde enero, el billete verde se ha depreciado cerca de un 2,5% con el euro. Respecto a la libra, el descenso ha sido mucho más acusado: ha caído un 12,6%, hasta situarse ayer en 1,64 dólares por libra.
La volatilidad intradía está siendo muy elevada en las últimas semanas, una señal que, según los expertos, no hace presagiar nada bueno. "Cuando ocurre esto en el mercado de divisas la moneda tira fuerte hacia un lado u otro de manera muy brusca. Yo veo al dólar hacia arriba, más díébil. Podría alcanzar los 1,5 dólares por euro este mismo año. El motivo es que la economía europea parece salir de la recesión antes que EE UU", afirma Josíé Carlos Díez, economista jefe de Intermoney.
Para Marian Fernández, responsable de estrategia de Inversis Banco, si se atiende a los fundamentales la moneda estadounidense estaría infravalorada en torno a un 20% frente a las principales divisas, pero desde marzo lo que ha primado es la menor aversión al riesgo de los inversores. Ello ha provocado la salida del dinero hacia otros activos como la Bolsa o emergentes y, por tanto, que el dólar pierda su condición de refugio. "Tenemos una posición neutral. No está clara su evolución; se mueve en un terreno complicado. Nuestra recomendación es no tener un riesgo abierto en dólares", indica Fernández.
Por si fuera poco, cada vez son más las voces que cuestionan la capacidad del dólar para mantener su hegemonía como moneda de reserva mundial. La semana pasada, el economista y Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, proponía un cambio en el actual sistema con la creación de una divisa internacional que sustituya al dólar para garantizar la estabilidad financiera.
En esta mima línea se habían manifestado con anterioridad China y Rusia, al reclamar que se diversifique la composición de las reservas en detrimento del dólar. Actualmente unos dos tercios están denominados en esta divisa y la mayor parte se encuentra en manos de países asiáticos. China cuenta con 2 billones de dólares y Japón con uno.
PIMCO, la gestora del mayor fondo de bonos, tambiíén ha cuestionado el estatus del dólar. Señala que se debilitará al ritmo que EE UU continúe inyectando cantidades "masivas" de dinero en su economía. Añade que está perdiendo su condición de moneda de reserva mundial y que los inversores deberían aprovechar los periodos de fortaleza del dólar para "diversificar la exposición cambiaria".
Una hegemonía en entredicho
Es el eterno debate desde que se implantó la moneda única, pero ahora ha cobrado fuerza con la entrada en escena de las economías asiáticas, que han ganado peso como locomotoras del crecimiento global. Sin embargo, los expertos advierten en que la sustitución del dólar como divisa de referencia mundial es un proceso muy complejo. "La opción de una moneda de reserva es un asunto de condiciones tíécnicas inmensas y, en última instancia, de confianza internacional", sostiene Norbert Walter, economista jefe de Deutsche Bank. Ello, junto a la necesidad de que una moneda de reserva proporcione la liquidez adecuada y unos gastos de transacción reducidos, refleja a juicio de Walter que el intento de reemplazar el dólar por otros instrumentos como los derechos especiales de giro del FMI, tal y como han insinuado las autoridades chinas, sea complicado.
Josíé Carlos Díez añade que para ocupar este puesto "primero hay que ser líder en productividad y tratarse de un sistema financiero desarrollado. Es increíble que se hable del yuan, la moneda china, como alternativa, ya que se trata de un país en el que existe control sobre los capitales".
Además, la redistribución de las reservas mundiales ya se ha ido produciendo con la llegada del euro, al pasar el volumen en esta divisa del 17,5% en 1999 al 27% actual.