Los brotes verdes que algunos economistas perciben en el comportamiento de la economía estadounidense no son generalizados, como demuestran los datos más recientes del comportamiento de su sistema bancario.
El informe del segundo trimestre de 2009 de la Federal Deposit Insurance Corporation (el equivalente a nuestro Fondo de Garantía de Depósitos) arroja muchas más sombras que luces. En concreto, en el segundo trimestre del presente 2009, el 28,3% de las entidades bancarias estadounidenses han reportado píérdidas, frente al 18% en el segundo trimestre de un año antes.
A esto se une una rentabilidad sobre activos (ROA) negativa del 0,11% como consecuencia, principalmente, de las provisiones realizadas para hacer frente a los aumentos de la morosidad situada en el 4,35%, el nivel más alto en los 26 años en los que la FDIC ofrece datos.
En la actualidad, la ratio de cobertura para hacer frente a la morosidad ha caído hasta el 63,5%, el nivel más bajo desde el tercer trimestre de 1991. La señal más evidente de los problemas por los que atraviesa el sector -con una caída en el segundo trimestre de este año del 1,8% en el activo total- es que se ha alcanzado la cifra más elevada de bancos con problemas desde junio de 1994, hasta alcanzar un total de 419 incluyendo los tres intervenidos el pasado 28 de agosto. Sólo en el segundo trimestre de 2009, la lista de bancos con problemas ha aumentado en 111, de los cuales 24 han quebrado (45 en lo que va de año).
Si bien el sector bancario español tambiíén está sufriendo de forma virulenta las consecuencias de la crisis, los grandes bancos destacan por su posición de fortaleza relativa.
Así, frente a una tasa de morosidad agregada del 4,6% (4% en bancos y 5% en cajas), en el Banco Santander y el BBVA se sitúa en el 2,8% y el 3,2%, respectivamente. Además, la tasa de cobertura es del 72% y 68%, respectivamente, frente al 59% de media del sector.
Y esta imagen de fortaleza se ve reforzada por elevados ratios de capital (con un ratio BIS del 13,8% en el Banco Santander y del 12,2% en el BBVA), lo que da muestra de su elevada solvencia.
Con estos datos, no es de extrañar que las dos grandes entidades financieras españolas hayan avanzado posiciones en el ranking mundial tanto en tíérminos de rentabilidad como de capitalización bursátil.
Y tampoco sorprende que estíén en condiciones de "salir de caza" a la busca de otras entidades con objeto de incrementar aún más su presencia a nivel internacional.
De hecho, hace escasos días que el BBVA ha reforzado su posición en Estados Unidos mediante la compra por parte de su filial estadounidense Compass del Guaranty Bank, un banco intervenido con sede en Austin (Texas) con 164 oficinas y 300.000 clientes.
Con esta compra, el BBVA Compass ha pasado a ocupar el puesto 15 de las entidades de depósito en Estados Unidos.
En el caso del Banco Santander, las recientes ampliaciones de capital tambiíén le sitúan en buena posición para hacer frente a nuevas compras.
Con los datos de finales del pasado junio de 2009, cuenta con un excedente de recursos propios sobre el mínimo regulatorio exigido de 32.411 millones de euros, lo que sin dudas le permite salir de compras al extranjero.
Y ello a pesar de haber adquirido en 2008 Alliance & Leicester y los depósitos y canales de distribución de Bradford & Bingley, lo que ha reforzado su cuota de mercado en el Reino Unido. A todo ello hay que añadir la compra del 100% de Sovereign, que ha contribuido a mejorar su diversificación geográfica.
En síntesis, a pesar de las dificultades que se avecinan en los próximos meses en el sector bancario español, las grandes entidades pueden salir fortalecidas y todo parece indicar que van a aprovechar las "gangas" que ofrezca el mercado para incrementar su tamaño, su presencia internacional y la diversificación geográfica del riesgo.