PABLO PARDO desde Edgartown (Martha's Vineyard)
25 de agosto de 2009.- El pueblo de Chilmark, en el que Barack Obama veranea y en el que va a anunciar hoy a las tres de la tarde de España que Ben Bernanke sigue como presidente de la Reserva Federal, es una de las localidades de menos de 100.000 habitantes con una renta per cápita más alta de EEUU. Es, tambiíén, un lugar de curiosas tradiciones. En las elecciones del 2 de noviembre, que ganó Obama, los votantes de Chilmark depositaron sus votos en una urna de madera. Y Obama se llevó 5 de cada 6 sufragios. Así que íéste parece el lugar idóneo para que el presidente anuncie que Bernanke sigue.
Ahora bien, ¿quiíénes ganan con la decisión? Es difícil saberlo. Pero aquí van algunas ideas:
1) El establecimiento de la calle P con la 15 de Washington de la cadena de supermercados especializada en comida orgánica 'Whole Foods', en donde he visto a Bernanke, cual Homer Simpson (con camiseta a rayas, una panza más grande que cuando lleva traje y la mirada perdida) agarrando un carrito de la compra mientras su mujer, Judith, buscaba comida (¿o vigilaba la inflación subyacente del filete de pavo?) en la sección de precocinados. Entretanto, dos discretísimos guardaespaldas estaban junto a la sección de lácteos. Aunque, a decir verdad, no hacía falta: Bernanke, como buen banquero central, fue bastante desagradable con la gente que se le acercó —nos acercamos— a hablar;
2) El flamenco en Washington. Aparte de rebuscar en la sección de precocinados de Whole Foods, a Judith, que es profesora de español, le encanta el flamenco;
3) Carlos Saura en Washington (si es que eso le sirve de algo al director de cine). Por los motivos anteriormente expuestos, a Judith le gustan películas como 'Carmen', 'Bodas de sangre' o 'El amor brujo';
4) Los mercados. Mantener a Bernanke elimina incertidumbre. O eso dice 'Financial Times'. En todo caso, ya sabemos que "los mercados" agradecen la ausencia de incertidumbre hasta que se asustan porque encuentran un montón de incertidumbre debajo de la alfombra y se ponen a vender como locos. El propio Bernanke declaró hace una semana, en la reunión de la Reserva Federal en Jackson Hole, que la astrología podría ser eficaz como herramienta de política monetaria (lo dijo en broma pero, visto lo que ha pasado el último año, acaso sería pertinente nombrar a Aramís Fuster miembro permanente del Comitíé del Mercado Abierto, eso sí, una vez que se recupere de sus desmayos; por otra parte, si Jesús Mariñas escribiera los editoriales del 'Wall Street Journal' tampoco se notaría mucha diferencia);
5) Alan Blinder, el segundo candidato a suceder a Bernanke, porque habla más de la cuenta, y Greenspan ya se lo cargó en los noventa simplemente a base de dejarlo hablar (como dicen los americanos, "dándole cuerda para que se ahorcara"), cuando Clinton lo quiso promover al cargo de presidente de la 'Fed'. Si Obama pone a Blinder, íél mismo se cava su tumba.
6) Larry Summers, el principal candidato a suceder a Bernanke. Porque Summers es un bocazas mayor que Blinder, y un señor con una marcada propensión a expresarse a gritos.
7) Todos. Sí, ganamos todos. Sobre todo los periodistas, porque es más fácil cometer erratas con 'Summers' (¿Sumers, Sumerss, Summerss?) que con 'Bernanke', que a mí siempre me ha parecido que tiene nombre de batidora (era mejor el 'Sartíénverde' que significaba 'Greenspan'). Porque la diferencia entre Bernanke y Summers es inexistente. Summers se ha opuesto a la regulación de los derivados y del sector financiero (de hecho, fue decisivo en la liberalización de ambos). Igual que Greenspan, el mentor de Bernanke. Summers tampoco dijo nada a principios de esta díécada, cuando la 'Fed' de Bernanke y Summers creó la 'burbuja' inmobiliaria. Así que, para escribir lo mismo, mejor no tener que andar liándose uno con nombres.
Lo dicho: ganamos todos.