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Autor Tema: De limosneros y pordioseros...  (Leído 566 veces)

OCIN

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De limosneros y pordioseros...
« en: Septiembre 06, 2009, 01:22:34 pm »
Por…  Elbacíé Restrepo
 
Según el DRAE, un limosnero es un ser caritativo, inclinado a dar limosna, o que la da con frecuencia. Pordiosero es el que la recibe.

La última vez que tomíé cafíé bajo los samanes de Ciudad Bolí­var, además de compartir el rato con mis amigos, lo hice tambiíén con un desfile de mendigos. Más de diez en media hora pidieron para el pasaje, para comer, para una fórmula míédica, para un entierro y hasta para el vicio.

No quisiera sonar injusta ni indolente, pero los pordioseros son una realidad incómoda. A nadie le gusta almorzar en un sitio público mientras afuera alguien espera para calmar su hambre con las sobras.

Dar limosna es una práctica frecuentemente confundida con solidaridad y con don de gentes que limita con alcahueterí­a, porque además de ser un problema social, la mendicidad es un negocio. Diversos estudios han demostrado que pedir es más rentable que ganarse un salario en una empresa, sin trabajar, sin cumplir horarios, sin jefe y sin deducciones de nómina. ¡Lo más de rico!

Antes, los pordioseros pedí­an una moneda o algo de comer. Ahora, además, venden chicles, hacen malabares, vomitan fuego, limpian vidrios y acomodan carros. Aunque para el Dane estas prácticas caben en la categorí­a de empleo informal, no dejan de ser una forma de mendicidad, a veces invasiva y atemorizante.

Tampoco se quedan por fuera los desplazados que piden de casa en casa, vaya uno saber si lo son o si aprovechan para pescar en rí­o revuelto. Y los de los centros de rehabilitación de drogadictos, vendedores tambiíén de bocadillos y bolsas para la basura, que si no se les compra mandan el guascazo: “Madre, ¿me colabora con ropita usada o con una pastica de jabón? O con un billetico, no importa que sea de diez mil”.

Un amigo que estuvo en Ecuador se sorprendió porque, siendo ese un paí­s más pobre que Colombia, no hay mendigos en las calles. Aquí­, la proliferación es nacional. A la falta de oportunidades laborales tenemos que agregarle que muchos han incorporado a su modus vivendi la ley del menor esfuerzo. Es más fácil hacer piruetas en una esquina que madrugar a trabajar, con el agravante de que, bajo el disfraz de pordioseros, se ocupan en oficios menos lí­citos, como explotación y prostitución infantil bajo la modalidad de alquiler por parte de los padres, que se aseguran así­ la dosis personal del dí­a; venta de drogas y hasta concierto para delinquir, porque donde haya más de tres, póngale ojo a la atracada.

Entre todos forman un colectivo que vive del bolsillo ajeno a punta de estribillos lastimeros, estereotipados y a veces tambiíén conmovedores.

Hay algunas entidades que se ocupan de ellos, pero son tan discretas que ni las conocemos. Hacerse más visibles, más sonoras y enseñarnos a canalizar ayudas serí­a de mucha utilidad.

Cada quien tiene su grupo de mendigos propios o de confianza, ancianos o impedidos fí­sicos entre los preferidos y, por supuesto, cada quien determina si regala su dinero o no, pero no es nada conveniente favorecer la propagación indiscriminada de ellos sólo como una manera fácil de expiar culpas y alivianar conciencias.

Suerte en su vida y en sus inversiones…



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 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...

pharma

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Re: De limosneros y pordioseros...
« Respuesta #1 en: Septiembre 06, 2009, 06:55:23 pm »
Parece que el negocio es igual en sudamerica que en Europa.
La moraleja del cuento es que no se deberí­an dar limosnas en la calle, el que quiera dar que díé a una institución, la que sea, caritas, una ONG, o lo que sea, pero en la calle no.