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Ante la díébil recuperación y las variables en rojo (desempleo, díéficit, endeudamiento, bajo consumo, etc) que sigue registrando la primera economía mundial, las potencias centrales europeas (encabezadas por Alemania, Reino Unido y Francia) temen un nuevo colapso bancario en EEUU que vuelva a desequilibrar la economía global. En consecuencia, Merkel, Sarkozy y Brown encabezan una propuesta para regular, controlar y limitar la actividad especulativa del sistema bancario a la que EEUU se opone. La cumbre del G-20, a realizarse entre el 24 y el 25 de Septiembre, va a ser nuevamente teatro de disputas y discusiones intercapitalistas sobre el sistema financiero internacional hoy hegemonizado por el dólar y las grandes corporaciones bancarias de Wall Street.
El nudo central del problema lo expresa el Financial Times al señalar que las bolsas mundiales han "titubeado" tras seis eufóricos meses de repuntes liderados por los valores financieros, y ante la caída del 8% sufrida por el índice KBW de bancos estadounidenses desde mediados de marzo, que puede afectar la subida de los mercados bursátiles.
"Aún así, resulta irónico que los rumores de un colapso bancario volvieran justo cuando Bank of America, Wells Fargo y Lloyds Banking Group consideran que pueden valerse por sí mismos", puntualiza el financiero británico.
Según el diario, "Los inversores han sufrido recientemente un escalofrío despuíés de que la preocupación sobre los bancos se apoderase nuevamente de los mercados".
En este escenario -agrega el Financial- "La solidez de la recuperación está en duda. Una díébil recuperación, o, peor aún, una recesión roubinesca en forma de w, generarían más píérdidas".
De acuerdo con el influyente diario británico, "aún sigue preocupando que la reticencia de los bancos a confesar todas las provisiones necesarias, que según los cálculos del Fondo Monetario Internacional ascenderían a 2,7 billones de dólares, implique que los balances no estarán plenamente recuperados cuando se inicie el nuevo ciclo".
Los "temores" del mercado son fundados: Otros tres bancos de EEUU quebraron el viernes de la semana pasada, elevando a 84 el total de instituciones financieras que se han hundido en lo que va del año.
Los reguladores federales cerraron los bancos Affinity de Ventura, California, Bradford en Baltimore y Mainstreet de Forest Lake, Minnesota, que en total se espera que cuesten al fondo depósitos de garantías del Gobierno cerca de US$ 446 millones (unos 311 millones de euros).
La Corporación de Garantías de Depósitos Federales (FIDC, por su sigla en inglíés) informó el jueves de que el balance del fondo se mantuvo en US$10.400 millones a finales del segundo trimestre, pero destacó que la cifra está ajustada para tener en cuenta los US$ 32.000 millones destinados para las quiebras que se esperan para el próximo año.
La presidenta de la Corporación de Garantías de Depósitos Federales (FIDC, por su sigla en inglíés) , Sheila Bair, dijo a la prensa que las quiebras de los bancos seguirán siendo elevadas mientras las instituciones pasan por el "doloroso proceso de reconocer las píérdidas en príéstamos y de limpiar sus balances".
El total de 84 quiebras este año significa un brusco aumento respecto a las 25 del año anterior, y en comparación a las tres que se registraron en todo 2007. Bair destacó que el sector bancario seguirá sufriendo, "incluso mientras la economía comience a mejorar".
Este jueves, el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz dijo que las perspectivas de una recuperación económica robusta en Estados Unidos son "muy, muy díébiles".
"Las perspectivas de una robusta recuperación (en EEUU) son muy, muy díébiles", dijo a la prensa Stiglitz, profesor de la Universidad Columbia y ganador del premio Nobel en 2001, durante una mesa redonda en esa universidad.
Stiglitz dijo tambiíén que los países del este de Asia se recuperan rápidamente debido a que sus economías se basan en las exportaciones. Aún así, "el crecimiento en Asia es demasiado pequeño para ser la base de la recuperación de EEUU y Europa", señaló.
Según el prestigioso economista, "la crisis financiera mundial expuso al sistema basado en el dólar como imperfecto y arriesgado".
Europa lanza la alarma
Crecimiento díébil y peligro de un nuevo colapso financiero global contagiado por los bancos de EEUU, son los tópicos centrales que marcarán las discusiones de las potencias capitalistas (desarrolladas y emergentes) en la nueva cumbre del G-20 a realizarse el 24 y 25 de septiembre en Pittsburgh (noroeste de EEUU).
En Londres, este viernes y sábado, se reúnen los ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales del G-20 en un encuentro previo a la cumbre que se desarrollará en Pittsburgh.
El Grupo de los Veinte (G-20) debe adoptar "medidas vinculantes" para regular la conducta de los bancos, reclama una carta firmada por los líderes de Alemania, Reino Unido y Francia.
En una misiva conjunta, el primer ministro británico Gordon Brown, la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francíés Nicolas Sarkozy piden que se exploren vías para limitar el sistema de bonificaciones bancarias y evitar la creación de nuevos desequilibrios globales.
Los tres líderes europeos reclaman al G-20 que se penalice a los países que no cooperen en materia de regímenes impositivos.
Analistas citados por la cadena BBC señalan que Londres, en particular, teme una fuga de capitales desde la City hacia otros centros financieros en caso de que se endurezcan los controles de las remuneraciones en el mundo financiero.
Dirigida al primer ministro sueco Fredrik Reinfeldt, el presidente de turno de la Unión Europea (UE), y tambiíén a otros líderes de ese bloque, la carta de Merkel, Sarkozy y Brown, expresa que se debe "trabajar en estrategias de salida que serán aplicadas en forma coordinada tan pronto como haya terminado la crisis".
Tambiíén "tenemos que examinar cómo limitar los bonos en los bancos", señala y dice que no se deben incentivar las actividades especulativas que representen un riesgo para la estabilidad financiera.
El G-20 debe establecer "normas vinculantes para las instituciones financieras que desarrollan operaciones complejas y de riesgo elevado y asegurarse que existen sanciones para los bancos nacionales que no apliquen estas normas", puntualiza la carta.
"Deberíamos examinar los medios para limitar el monto de las primas en los bancos, ya sea en proporción a la remuneración total o en función de los ingresos y/o beneficios de la banca", explican los firmantes, cuyas posturas ya chocan contra la reticencia de EEUU a imponer reformas en el sistema financiero.
"Por ejemplo, los gobiernos podrían no conceder dinero a las instituciones financieras que no estíén aplicando las normas acordadas internacionalmente", añade la carta de Merkel, Sarkozy y Brown.
La idea de establecer mayores regulaciones al sector financiero es rechazada de plano por EEUU, ante el riesgo de que eso afecte la hegemonía del dólar y desestabilice su economía basada en el endeudamiento para sostener su sideral y creciente díéficit fiscal.
Mientras Francia, Alemania y Japón evidencian signos díébiles de salida de la peor recesión desde la Gran Depresión de los años 1930, y se ven "las primeras señales de crecimiento" en EEUU, los ministros de Finanzas debatirán este viernes sobre "estrategias de salida" de las excepcionales medidas fiscales y monetarias adoptadas desde hace un año para detener la crisis.
Según el Financial Times, dirigentes y analistas coinciden en que, pese a los tímidos indicios de recuperación, es prematuro abandonar los estímulos (fondos estatales de ayuda a bancos y empresas) porque "las economías siguen siendo vulnerables debido a las elevadas tasas de desempleo y a la fragilidad del sistema bancario".
El primer ministro británico, Gordon Brown, dijo esta semana al Financial Times que sería un "error histórico pensar que ahora podemos volver a las actividades de antes como si nada".
Esto tambiíén implica --según Brown-- medidas adicionales para reformar el sistema financiero y prevenir una repetición de la crisis, entre ellas la iniciativa francesa para limitar las generosas primas que reciben los ejecutivos de los bancos que los europeos deberían defender en Londres.
Incrementar el control de los bancos y obligarles a constituir mejores reservas de capital para hacer frente a colapsos como el del estadounidense Lehman Brothers --considerado el epicentro de la crisis--, figuran entre las cuestiones centrales que se debatirán en la cumbre del G-8.
Las potencias emergentes, lideradas por Brasil e India, exigen por su parte una importante reforma de los organismos financieros internacionales --el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial--, para dar a los países en desarrollo un mayor peso que refleje realmente su papel económico actual.
"El riesgo es que si la crisis termina antes, algunas reformas no se lleven a cabo de manera tan profunda", alertó el lunes el ministro de Asuntos Exteriores brasileño, Celso Amorim, tras una reunión preparatoria en Brasilia.
La filosofía especuladora del "apalancamiento" (una economía virtual montada sobre el críédito y el endeudamiento) estalló cuando la "falta de confianza" de los tenedores de bonos y acciones (el dinero de papel) los llevó a "efectivizarlos" en dinero real.
Durante la primera fase de la crisis financiera en EEUU se destapó la falta de respaldo de centenares de billones de dólares transferidos por asentamientos financieros y papeles que, cuando los tenedores quisieron convertirlos en dinero contante y sonante se encontraron con la sorpresa de que el efectivo no estaba donde debería estar: Los bancos.
Hoy la alerta es generalizada: Europa y las potencias centrales quieren evitar los riesgos de un nuevo colapso bancario en EEUU, que los expertos vienen pronosticando como consecuencia de la nueva "burbuja" de especulación financiera" desatada con los billonarios fondos de los rescates estatales.