El presidente de EE.UU., Barack Obama, pronuncia hoy un esperado discurso en el que presentará las líneas maestras que busca para el sistema sanitario en su país, para tratar de romper el punto muerto en que se encuentra el proceso de reforma.
Obama tiene previsto comenzar su discurso ante las dos Cámaras del Congreso a partir de las 20.00 hora local (00.00 GMT), en una intervención que será televisada por los principales canales y cuya duración se calcula entre los treinta y los 35 minutos.
En su discurso, anunciado la semana pasada, el presidente estadounidense tiene previsto exponer los objetivos concretos de la reforma del sistema sanitario estadounidense.
Hasta ahora, el presidente estadounidense, que ha hecho de la reorganización de la sanidad pública una de sus grandes prioridades legislativas este año, se había limitado a establecer guías generales y había dejado el contenido de la reforma en manos del Congreso, donde ha languidecido en los últimos meses.
Demócratas y republicanos se han enfrentado en ocasiones de manera tumultuosa acerca de quíé es lo que la reforma debe abarcar y cómo va a sufragarse.
En la actualidad el Congreso maneja hasta cuatro borradores de proyectos de ley con propuestas diferentes para la reforma.
El debate no ha hecho sino agriarse a lo largo de agosto, cuando el Congreso estuvo cerrado por vacaciones y tanto Obama como su Gobierno y los legisladores de uno y otro signo mantuvieron reuniones con los votantes por todo el país sobre el asunto.
Uno de los aspectos más políémicos es la introducción de una "opción pública" en la cobertura míédica. Básicamente, que el Estado ofrezca un seguro sanitario que compita con los privados.
Los defensores de esta posibilidad -buena parte de los demócratas- consideran que contribuiría a rebajar los costes de los seguros míédicos, mientras que quienes se oponen -republicanos y demócratas conservadores- creen que causaría un deterioro de la calidad de las prestaciones míédicas.
El tira y afloja en torno a la reforma ha causado una seria caída en la popularidad de Obama y de su política en las encuestas.
La comparecencia de Obama ante las dos cámaras evoca la de Bill Clinton en 1993, cuando el otro presidente demócrata que trató de reformar el sistema sanitario compareció ante el Congreso para presionar a los legisladores.
El intento de reforma de Clinton acabó en un estrepitoso fracaso, un destino que Obama deberá tener buen cuidado en evitar.