María Ramírez
Bruselas.- La UE quiere que EEUU se comprometa a reglas obligatorias para limitar y controlar los bonus de los grandes ejecutivos. Esta noche, los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete anunciarán su acuerdo sobre las normas básicas para vigilar la remuneración.
En una cena de preparación de la cumbre del G-20 en Pittsburgh, la semana próxima, los líderes europeos discutirán la salida de la crisis –aún hay cierto debate sobre si se hace referencia o no a la reducción del díéficit público, cosa que España no quiere-, la financiación del paso a la economía verde –algunos gobiernos se resisten a incluir ya las cifras de cuánto va a costar- y el control de la remuneración, justamente el punto donde hay más consenso.
Pese a la resistencia inicial de los británicos por una cuestión que gusta poco en la City de Londres y, aún menos, en Wall Street, los europeos ya están de acuerdo en que deben existir "reglas obligatorias sobre la remuneración variable respaldadas por la amenaza de sanciones a nivel nacional", según el borrador del documento al que darán su visto bueno esta noche.
La UE propone aumentar el control de la cúpula, obligando a que exista una mayor relación entre los bonus y el riesgo, con más transparencia sobre cómo se determinan los salarios. "La remuneración variable, incluyendo los bonus, debe ser establecida en niveles apropiados en relación a la remuneración fija y debe depender de los resultados del banco, de la unidad de negocio y de los individuos, y debe tener en cuenta los desarrollos negativos para evitar los bonus garantizados", dice el "lenguaje acordado" por los Veintisiete, el último invento de la jerga bruselense para referirse a documentos más informales.
La UE insiste, sobre todo, en que los bancos deben reducir los bonus si se deteriora el resultado de la entidad para evitar que los ejecutivos cobren millones mientras los gobiernos intervienen en colapsos como los del último año. Y, para huir del riesgo a corto plazo, insiste en que los bonus se distribuyan a lo largo de un periodo más dilatado de tiempo (Nicolas Sarkozy había propuesto al menos tres y Angela Merkel apuesta por cuatro).
Para obligar a las entidades financieras a cumplir con estos requisitos, la idea europea es introducir los cambios en las nuevas reglas de supervisión, cuyo incumplimiento podría dar lugar a sanciones. El objetivo, en cualquier caso, es ir jubilando la 'cultura de los bonus', como defiende Suecia, presidente de la UE este semestre. Por ejemplo, los europeos proponen que el total de la remuneración variable suponga un porcentaje máximo respecto a los ingresos o beneficios del banco. Si una entidad quiere incrementar estos pagos, deberá aumentar el dinero en caja.
La injerencia en la banca privada gusta poco a la Administración Obama, presionada por los europeos para hacer más. La banca francesa ya se queja de que este lado del Atlántico sufrirá una desventaja competitiva si EEUU, donde se originó la crisis, no se pone tan duro con sus bancos como la UE.
En general, los Veintisiete están bastante de acuerdo en presionar más a EEUU sobre la crisis financiera. "Ninguna plaza financiera, ninguna institución, ningún producto financiero puede seguir existiendo sin regulación", dijo la canciller Merkel antes de viajar hacia Bruselas, con una frase muy parecida a otra que repite Sarkozy.
Cambio climático
Esta noche, habrá más debate, en cambio, sobre la propuesta de financiación para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones en 2020. Varios gobiernos se oponen a que la Comisión Europea cuantifique ya los gastos de la lucha contra el cambio climático y ponga sobre la mesa todas las cartas europeas antes de la cumbre de diciembre en Copenhague.
Según el borrador de esta noche, el gasto necesario para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse a las energías verdes será entre 5.000 y 7.000 millones al año en el periodo 2010-2012. Algunos diplomáticos cuestionan el cálculo de la Comisión y se quejan de que sus expertos no han estudiado lo suficiente esos números, así que esta referencia podría desaparecer
