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Autor Tema: Análisis tíécnico: El despertar del chicharro bursátil  (Leído 663 veces)

Zorro

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Análisis tíécnico: El despertar del chicharro bursátil
« en: Septiembre 20, 2009, 11:25:11 am »
Análisis tíécnico: El despertar del chicharro' bursátil

por Carlos Doblado (Bolságora)

Nueva semana de ganancias. Septiembre va camino de repetir la feliz historia alcista de los seis meses previos. El miedo a quedarse fuera de la fiesta parece seguir marcando la pauta.

Yo no síé a usted, pero a mí­ lo del toro y el oso me encanta. Quiero pensar que se debe a que las fábulas son del gusto de ese niño que, milagrosamente, sigue en parte dentro y que uno intenta no perder -esencial en este mundo mí­o donde la materia prima es el dinero y sus tentáculos-. La otra posibilidad es que uno es un animal y se siente identificado con sus congíéneres bursátiles -toros, osos, ovejas y cerdos son los más conocidos- y sus batallitas. Me temo que es lo segundo. Que se trata de que a uno le encantaban los juegos de estrategia y por eso que a mediados de 1995, dejando la universidad en segundo plano, escogió esta profesión. Claro que jugar es cosa de niños...

Pero discúlpeme, que divago -¿o quizá gano tiempo dado que se hace muy difí­cil llenar papel cuando sólo puedes decir que esto es más de lo mismo?- en lugar de entrar a analizar el combate entre toros y osos, entre alcistas y bajistas, como intento hacer desde esta su tribuna cada fin de semana.

Los toros, los alcistas, mantienen un impecable control sobre el discurso de los precios, y un dí­a tras otro se ven a tí­tulos de primera lí­nea y sectores marcar continuidad en los procesos alcistas, pasando en muchos casos a una onda de grado superior, de claro medio/largo plazo, que hace que a mi juicio no tenga gran importancia para el proceso de fondo la alerta que parece estar causando en algunos el despertar de los chicharros bursátiles.

Quizá es menester recordarles a los amantes de la repetición de los ciclos, que los excesos no se miden por el despertar de los chicharros -que estaban más muertos que vivos-, sino porque íéstos recorran el firmamento brillando como autíénticas estrellas.

Y con la legión de pillados -cerdos y ovejas- que coleccionan íéstos y otros tí­tulos, no es posible hablar de brillo celestial salvo que uno pretenda ganarse una mala mirada, un reproche, o en el peor de los casos, un sonoro guantazo; que al perdedor no le gusta que le recuerden que es el único culpable de la situación en la que se encuentra.

Enormes patrones
Puedo estar de acuerdo con todos los que dicen que esto que vivimos es excepcional, pero no con los que piensan que no merece la pena aprovecharlo. Un estudio pormenorizado de lo que sucede en los mercados demuestra que la mayorí­a de las cosas que suceden, lo que llamamos normalidad, ha aportado bien poco.

Las grandes gestas, las cosas que han permanecido, lo que permitió que pudiera hablarse de vencedores y vencidos, casi siempre estuvieron en el terreno de lo que podemos llamar situaciones anormales. Los famosos cisnes negros pueden generar cí­rculos viciosos, pero tambiíén ciclos virtuosos. Y a la luz de los patrones que desarrollan los principales valores e í­ndices generales y sectoriales, tíécnicamente estamos lejos de las tinieblas en las que podrí­a habernos sumido la caí­da del mercado en 2008.

Y es bueno no olvidar esto a la hora de enfocar la existencia de importantí­simas resistencias crecientes y un elevado sentimiento alcista. Tenemos de ambas cosas, pero lo primero se puede solucionar con un último pasito adelante, y lo segundo puede corregirse en unas semanas. Podrí­a bastar con volver a donde estábamos hace bien poco; pues el sentimiento es una buena herramienta para gestionar el momento de corto plazo, pero en absoluto es capaz de anticipar grandes giros. En eso, contra lo que algunos parece que piensan, esta herramienta es tan incapaz de mostrarse consistentemente eficaz como cualquier otra.

Vamos a corregir, aquí­ o un 10 por ciento más arriba, y yo personalmente prefiero lo segundo. Corregir rompiendo las resistencias crecientes que enfrentamos dejarí­a a la subsiguiente corrección sin los argumentos tíécnicos necesarios como para presuponerle, a priori, capacidad para envenenarse.

Que algo se produzca desde más arriba, cosa que puede resultar sorprendente para algunos, no necesariamente dejará el terreno más abonado a los osos.

La zona es complicada tíécnicamente; sigue existiendo un exceso de convicción alcista para alargar los movimientos de corto plazo, y no se han solucionado las divergencias con bonos y divisas de un modo convincente. Así­, zonas como el 11.850/12.000 del Ibex 35, como los 9.800/10.000 puntos del Dow Jones Industrial o los 4.000 y poco del Dow Jones Transportes, merecen respeto y quizá deban forzar algún alto en el camino. Personalmente preferirí­a ver al mercado extenderse eufóricamente y recaer despuíés a fin de quitarme las resistencias crecientes de encima.