Cierre en falso de la refinanciación de Colonial. Los acreedores de la inmobiliaria catalana no se ponen de acuerdo sobre las condiciones planteadas por la compañía para refinanciar los casi 6.500 millones que arrastra de deuda. Según la versión ofrecida por distintos protagonistas, existen serias diferencias entre los cuatro bancos coordinadores del sindicado -Calyon, EuroHypo, Goldman Sachs y Royal Bank of Scotland- y las entidades que participan en el tramo subordinado, en su mayoría locales.
A pesar del acuerdo “formal y vinculante†existente desde hace un año para restructurar la deuda de Colonial, votos que se renovaron antes del verano de 2009, la diferencia de criterio entre los cuatro extranjeros y el resto de entidades ha bloqueado el proceso. “No hemos hecho un frente comúnâ€, explican desde una caja de ahorros nacional. “Cada uno negociamos de manera individual, pero todos defendemos una postura similar frente a los principales acreedores, que aglutinan el 70% del críéditoâ€.
La cuestión de fondo que está dilatando el proceso tiene que ver con los distintos tipos de garantías que Colonial tiene con sus acreedores. En principio, todas las entidades comparten el plan presentado por la inmobiliaria de crear dos vehículos, uno con los mejores activos, capaz de generar ingresos recurrentes, y otro con los menos atractivos. “La solución no es malaâ€, explican desde otro banco implicado. “El problema llega a la hora de repartir las garantías entre los activos de esas dos sociedadesâ€.
“Las entidades extranjeras buscan una solución más a corto, aunque suponga asumir píérdidasâ€, subraya el director general de una de las partes implicadas. “Generalmente, los bancos y cajas nacionales prefieren aguantarlo más. Así que el conflicto de intereses está servidoâ€. En el caso de los 6.500 millones que cuelgan de Colonial, la puja entre sus acreedores pasa por ver quíé parte de las garantías se soporta sobre los activos buenos y quíé parte se respaldada con los peores, es decir, se asume como potencial quita.
Más de un año
Las negociaciones entre los acreedores deberían estar resueltas desde hace tiempo. Sin embargo, la resistencia de entidades como BBVA, Caja Madrid o ING, entre otras, para aceptar las condiciones propuestas por los cuatro grandes del sindicado mantiene bloqueado el proceso. “Partimos de una posición de máximos, es cierto, pero no podemos asumir la misma proporción de quita teniendo mejores garantíasâ€, subrayan desde otra firma. “Otra cosa es que todos tratemos de perder lo menos posible y lleguemos a un acuerdoâ€.
De una manera u otra, la cuestión de fondo pasa por las potenciales píérdidas que cada entidad del sindicado está dispuesta a asumir o, visto desde otro ángulo, puede permitirse en su balance. Un tira y afloja que tiene como fecha límite el cuarto trimestre de este año, plazo que se dieron todos los acreedores antes del verano para dejar resuelta la compleja situación financiera de Colonial, que al cierre del primer semestre registró unas píérdidas de 363 millones y una facturación sin incluir extraordinarios de 216 millones.
Hasta la fecha, las líneas maestras de Colonial han sido marcadas por sus principales acreedores, es decir, RBS, Goldman Sachs, EuroHypo y Calyon. De hecho, entre ellos se quedaron a comienzos de año con el 15% de FCC y el 30% de SFL que la inmobiliaria catalana tenía previsto vender en mercado. Algunos activos, como Riofisa, siguen aún en cartera, mientras que otros inmuebles, como el centro comercial de Príncipe Pío en Madrid, sí han sido vendido a terceros para poder ir reduciendo los niveles de deuda.