La combinación de estas economías podría superar en 2050 a la combinación de las economías de los países más ricos de la actualidad. Sin embargo existe la preocupación de cómo afectará a los BRICs la crisis financiera actual, llegando Goldman Sachs a cuestionar si Brasil debería mantenerse en este selecto grupo.
Para Jan Kregel, la clave en estos países es transformar sus economías basadas en la exportación, en otras que fundamenten su crecimiento en la demanda interna. Desde este punto de vista Brasil supondría la economía más adelantada de las cuatro. Su potente banco central y su estable (y regulado) sistema financiero, combinado con un incremento del salario mínimo, han permitido un crecimiento del balance brasileño en medio de la recesión.
Los factores que dirigen el comercio mundial están unidos de forma directa o indirecta a los cambios de la regulación financiera y de competitividad de Estados Unidos. El resultado de esta crisis será una disminución de los ingresos debido a el proceso global de desapalancamiento (toca adelgazar). El denostado “shadow banking systemâ€, compuesto por vehículos de inversión de opaca procedencia y porquería empaquetada en forma de deuda de alta calidad crediticia, no formará parte del nuevo sistema financiero.
Desapalancamiento y caída en los precios de los activos no debería tener impacto en los sólidos sistemas financieros del BRIC, pero los altos niveles de liquidez tienen un gran impacto en las materias primas y por tanto en los mercados de valores de estos países.
A pesar de que Brasil ha salido bastante airoso de esta crisis, no debería caer en el error de seguir manteniendo su modelo de crecimiento basado en atraer capital externo, a pesar de la tentación de hacerlo a la luz de la recuperación de la demanda interna china, y debería centrarse en la transición hacia la demanda interna mediante la diversificación de mercados y producción. Esto último es especialmente relevante en economías en las que predomina la población agrícola y se mantienen las desigualdades salariales.
Brasil ya está tomando cartas en el asunto desarrollando programas que persiguen el incremento del consumo interno y el crecimiento a travíés de proyectos gubernamentales de inversión en infraestructuras. Pero a estas medidas habría que unir un programa de desarrollo sostenible del mercado laboral para frenar el que ha sido el principal daño de esta crisis: el desempleo.
La conclusión es clara: los países que conforman el BRIC deben desligarse de occidente y comenzar a basar su crecimiento en su propia demanda interna, ya que de otra forma les será imposible escapar de la crisis. El desafío es enorme, y se antoja tremendamente complicado cambiar estas inmensas estructuras económicas, pero no pueden seguir fiando su crecimiento al exterior.
http://www.economiahoy.es/noticia/44478/la-crisis-global-y-sus-implicaciones-para-el-bric.html