Ya en la segunda mitad del año, cuando la gente está cada vez más conectada digitalmente, persiste la costumbre de entregar las conocidas tarjetas de presentación de cartulina.
Aunque este medio ha persistido con los años, tiene la desventaja de que fácilmente nuestra información personal se extravía o se lava dentro de alguna prenda en el cesto de la ropa.
Sin embargo, la humilde tarjeta de presentación es portátil y barata. Para leerla no se requiere alguna aplicación específica, dispositivo o sistema operativo.
En este último punto está el motivo por el cual el mundo empresarial aún no adopta por completo la idea de una tarjeta de presentación digital.
Hace 10 años muchos ya enviaban su información personal a otros a travíés de puertos infrarrojos en las Palm Pilot. Ahora se hace algo similar con los iPhone, que tienen una aplicación denominada “Bump†(chocar), que se activa cuando dos dueños de iPhone “chocan†por primera vez sus dispositivos.
Algunas compañías intentan incorporar información digital (por ejemplo, ligas a redes sociales) en las propias tarjetas de presentación.
Este año, en la Conferencia Interactiva South by Southwest, se presentó un dispositivo minúsculo llamado Poken. Los usuarios pueden intercambiar información de contactos al ponerlos uno frente al otro.
Sin embargo, ninguna de estas ideas opera en forma generalizada, a menos que todos tengan un iPhone o una tarjeta de presentación con chip integrado.
Solución accesible Una compañía de esta ciudad cree que ya tiene la solución, con una tecnología a la que casi todos con telíéfono celular tienen acceso: los mensajes de texto.
La empresa Txt4crm ofrece una herramienta llamada “Text4vCardâ€. Si alguien quiere que otra persona reciba su información de presentación personal, le pide que envíe al número 70626 un mesaje de texto que incluya únicamente el número de identidad del usuario.
De vuelta recibirá otro mensaje de texto con un hipervínculo a la información previamente preparada.