PABLO PARDO desde Washington
28 de septiembre de 2009.- Hay coincidencias que son algo más que meras coincidencias. Justo mientras los mercados emergentes arrancaban el compromiso de sacar un 5% más de derechos de votos en el FMI, HSBC (que creo que es el mayor banco de la UE, aunque no estoy seguro) anunciaba que su consejero delegado, Michael Geoghegan, vivirá en Hong Kong.
Debe de ser muy duro ser consejero delegado de HSBC, porque nadie sabe si el banco es británico, chino, hongkoníés, o todas esas cosas al mismo tiempo. No obstante, y dada la profundidad del debate sobre el G-20 en España, podemos establecer dos cosas: 1) HSBC no es vasco, catalán, gallego, madrileño, andaluz, ni de ninguna otra comunidad autónoma; y 2) La decisión del banco parece, en principio, desvinculada de la foto de las familias Zapatero y Obama en el Metropolitan.
El consejero delegado de HSBC se va a China porque es allí donde está su negocio. Bueno, no es exactamente su negocio. Según 'The Wall Street Journal', la mitad de los activos del banco están en Europa, la quinta parte en EEUU y el 16% en Hong Kong. Pero la mayor parte de sus beneficios proceden de Asia. Es más: el banco va a lanzar una OPV en la bolsa de Shanghai. Así que HSBC se va a donde están sus beneficios y sus dueños (o parte de ellos). En realidad, no se va, sino vuelve. HSBC significa Hong Kong and Shanghai Bank, y tuvo su sede en Hong Kong hasta 1992.
La peor coincidencia es que el cambio de la oficina de Geoghegan se ha producido justo cuando el G-20 se reunía en Pittsburgh para consagrar definitivamente la píérdida de poder de Occidente en el mundo. Esta reunión del G-20 ha sido nefasta para la UE por más motivos que la píérdida de poder en el FMI (que, por cierto, puede que no sea tan mala para España, que está infrarrepresentada en ese organismo y acaso arañe unas díécimas de poder). Uno de los aspectos más negativos de Pittsburgh es la decisión de revisar las normas de capital de los bancos. Es una cuestión complicada, pero que se puede reducir a lo siguiente: los bancos europeos tienen normas más flexibles en ese campo que los estadounidenses. Y EEUU quiere imponer sus criterios.
Los bancos tienen dos tipos de reservas: el Tier 1 y el Tier 2 (Tier significa escalón o tramo). El Tier 1 es la clave, porque se supone que es lo más sólido, y está formado por las acciones y las reservas (algo lógico) y tambiíén algunos activos más dudosos, como:
1.Las acciones preferentes, que son acciones que pagan intereses fijos;
2.Otros activos ‘mixtos’, es decir, que son capital y deuda al mismo tiempo;
3.Críéditos fiscales
La cuestión es que EEUU nunca ha puesto en práctica el Acuerdo de Basilea (tíécnicamente Basilea II), en el que se pactó eso en 1999. Así que sus bancos siguen teniendo un Tier 1 formado por acciones y reservas.
Y en Pittsburgh EEUU se la ha metido doblada a los europeos al abrir el debate sobre las reservas de los bancos. Porque la Administración Obama quiere que el Tier 1:
1.Pase de suponer el 4% de los activos de los bancos al 8%
2.Estíé formado sólo por acciones y reservas.
¿Quíé significa eso? Que, si Washington se sale adelante con la suya (y en Pittsburgh se ha salido con todo, al precio de quitar poder a los europeos para dárselo a los emergentes) los bancos europeos tendrán que ampliar capital de forma masiva, lo que diluirá el valor de sus acciones.
Tiene c... que EEUU, el país que originó la crisis acabe imponiendo sus normas a los europeos. Pero así son las cosas. Pittsburgh ha sido una catástrofe sin paliativos para la UE.