LUCíA ABELLíN - Madrid - 29/09/2009
Los analistas atisban en el horizonte de 2010 más nubarrones de los que vislumbra el Gobierno. Las previsiones de los expertos apuntan a un retroceso económico del 0,6% anual, tres díécimas por encima de lo que figura en las cuentas del Estado para el año próximo. La confianza que el Ejecutivo deposita en la recuperación del consumo, además de un menor pesimismo inversor, explican esta brecha, según los datos de Funcas, la fundación de las cajas de ahorros, que elabora una media con los datos de los principales analistas.
Todos coinciden en que el PIB volverá a crecer en el segundo trimestre
Las previsiones -condenadas a la caducidad el día despuíés de aprobarse, como solía recordar el vicepresidente Pedro Solbes- constituyen una herramienta errática, pero útil para medir el pulso de la economía, que se mueve por expectativas. Los datos de Funcas reflejan que el Ejecutivo peca de optimista respecto a la mayoría de los expertos, que espera el doble de caída en el producto interior bruto (PIB). No obstante, la distancia es inferior a la que se evidenció el año pasado.
El Ministerio de Economía deposita más confianza en la demanda interna, con un consumo que ya empezará a remontar y una inversión que caerá menos. Las principales casas de análisis apuestan más por las exportaciones, al calor de la recuperación que empiezan a experimentar grandes clientes de España como Alemania y Francia. í‰stas aportarán casi un punto al crecimiento económico, frente al 0,7% que vaticina el Ejecutivo.
La media de caída del 0,6% para 2010 encierra grandes diferencias. En la franja más pesimista se sitúan casas de análisis como el Instituto de Estudios Económicos, que atribuye a España una contracción media del 1,1% para 2010. "Vemos la conjunción de cuatro crisis: la financiera, la de construcción, la de las cuentas públicas y la de la competitividad", explica Juan Iranzo, director general de este organismo, próximo a la CEOE. Iranzo sólo ve una solución: "Exportar y mejorar nuestros problemas, que son fundamentalmente de competitividad".
En el otro extremo, el analista con mejores expectativas discrepa: "La tesis de la falta de competitividad no se está cumpliendo. Las exportaciones crecen más que las de nuestros socios europeos y la productividad por hora trabajada llegará este año al promedio comunitario", razona Josíé Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, que ve el futuro mucho más luminoso que el Gobierno: augura una recuperación del 0,6% en 2010.
Más allá de las exportaciones, la clave para que la economía española remonte es la reactivación del consumo privado, que aporta un 60% al PIB. La media de los analistas considera que aún caerá ocho díécimas, el doble de lo que contempla el Ministerio de Economía. Además de estar condicionado por un elemento tan intangible como la confianza, el consumo está estrechamente ligado al empleo. Y íéste seguirá cayendo el año próximo, aunque a menor ritmo que en 2009. La tasa de paro, ahora en el 17,9%, "no superará de media el 19% el año próximo", subrayó la vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, la semana pasada tras el Consejo de Ministros que aprobó el Presupuesto de 2010. Pero a renglón seguido, Salgado avisó de que "en algún momento" se puede superar ese nivel.
Los analistas consideran que ya se ha destruido mucho empleo en 2009 y que, por tanto, el ritmo de deterioro será menor el año próximo. A afinar esa previsión contribuirá el dato de la encuesta de población activa -el mejor termómetro del mercado laboral- correspondiente al tercer trimestre del año, que se conocerá el próximo 23 de octubre.
A pesar de todas las discrepancias, hay un elemento en el que coinciden el Gobierno y los analistas. La economía española volverá a crecer a partir del segundo trimestre del año próximo por primera vez en dos años. Las dudas residen en la fortaleza de ese repunte. "No significa que no vaya a haber volatilidad", advierte Sara Baliña, de Analistas Financieros Internacionales (AFI). Esta casa de análisis, que no descarta nuevos descensos del PIB más adelante, se sitúa justo en la media de los expertos, al atribuir un descenso del 0,6% anual.
Además de las exportaciones, hay otro elemento en el que los analistas muestran más confianza que el Ejecutivo. Se trata de la inversión en construcción. La caída del 7,5% que le otorga Economía se limita al 6,5% en el caso de los analistas. Lo contrario ocurre con los bienes de equipo, representativos de la voluntad inversora de las empresas. Donde las cifras oficiales prevíén una caída del 2,4%, los expertos vislumbran un 8,4%. La distancia evidencia el grado de incertidumbre que caracteriza a los grandes indicadores. "Nos hemos equivocado mucho en los últimos años", ironiza Josíé Carlos Díez, de Intermoney.