Elpais.com/AGENCIAS - Washington - 28/09/2009
El dólar estadounidense, moneda de referencia mundial, podría convertirse en una de las víctimas de la crisis financiera, según Robert Zoellick. El presidente del Banco Mundial considera que los días de gloria de los billetes verdes están contados. Despuíés de la debacle, Zoellick pronosticá que las mayores economías emergentes del mundo tendrán una mayor influencia mundial, en detrimento de Estados Unidos, el epicentro del desastre. Las alternativas apuntadas por el mandamás del Banco Mundial son el euro y la moneda china.
"La actual suposición es que despuíés de la crisis la economía reflejará la creciente influencia de China, probablemente India, y de otras grandes economías emergentes. Supuestamente, EE UU, verá reducido su poder económico e influencia", ha asegurado hoy Zoellick en un discurso pronunciado en la prestigiosa universidad Johns Hopkins, en Baltimore. Y en este nuevo orden económico mundial, el dólar podría perder su posición dominante. "Estados Unidos se equivocaría si creyese garantizado para su moneda el papel de divisa predominante del mundo. Mirando hacia delante, cada vez más habrá otras opciones diferentes", pero, matiza, "el dólar seguirá siendo una de las principales divisas".
Las alternativas más sólidas son el euro -"hay muchas razones para creer que su aceptabilidad podría aumentar"- y la moneda china. Respecto al país asiático, Zoellick apunta que "China se está moviendo hacia una gradual internacionalización de su divisa. China está facilitando a sus socios comerciales el uso del yuan".
No obstante, el presidente del Banco Mundial tambiíén vislumbra baches en los caminos de europeos y chinos. La EU, según Zoellick, debe "encarar inseguridades", como su vulnerabilidad energíética, la inestabilidad de los Balcanes y la relación con Turquía. China, al mismo tiempo, "todavía encara grandes incertidumbres en 2010".
La previsión del mandamás del Banco Mundial parece encajar con el acuerdo alcanzado la semana pasada en Pittsburg. Los líderes del club de países ricos y emergentes, el G-20, decidieron en la ciudad estadounidense que este foro se convierta en el escenario principal para la cooperación económica internacional, desplazando al G-8, formado por el G-7 de países más industrializados y Rusia. Se prevíé que el nuevo formato otorgue mayor importancia a naciones en ascenso como China, India y Brasil y reste influencia a los poderes tradicionales europeos.