Iberia y British Airways (BA) han entrado en la recta final de las negociaciones para su fusión. Ambas partes se han dado de plazo hasta final de diciembre para cerrar una operación que lleva gestándose desde hace más de un año, según fuentes al tanto del proceso.
La clave sigue siendo resolver el futuro del díéficit de pensiones de BA y fijar una valoración definitiva de las dos empresas.
Iberia celebra mañana un consejo de administración extraordinario para analizar la marcha de los contactos. La aerolínea española no quiso hacer comentarios.
Las conversaciones se han animado en los últimos meses tras la llegada de Antonio Vázquez a la presidencia de Iberia en julio y la mejora de las condiciones en los mercados financieros. El propio Vázquez viajó en agosto a Londres para acelerar el proceso y directivos de British estuvieron en Madrid hace dos semanas.
Fuentes cercanas al proceso señalan que ambas compañías están haciendo la due diligence (valoración de activos) de los seis primeros meses de este ejercicio, una prueba más de que el pacto está cerca.
«La fusión podría completarse antes de que acabe 2009, siempre que haya buen viento», reconoció ayer el consejero delegado de la aerolínea británica, Willie Walsh.
Fórmula
El díéficit del fondo de pensiones de BA supera los 3.000 millones de libras (3.300 millones de euros). Fuentes del fondo señalan que esperan llegar a un acuerdo con BA antes de diciembre para cubrir ese díéficit. Walsh cree que «es un asunto significativo que debe ser resuelto», pero no esperan que llegue a parar la fusión.
Iberia pretende que los posibles pagos extraordinarios que tuviera que realizar British para tapar el desajuste del fondo no afecten a sus accionistas. Las opciones son externalizar el fondo, la preferida, o fijar algún tipo de garantía que modifique el pacto de fusión a favor de Iberia si la aerolínea resultante tiene que desembolsar dinero.
Una de las razones por las que BA tiene más confianza para empujar el pacto es su reciente recuperación en bolsa. A los precios actuales, los accionistas de la británica recibirían el 60% del grupo fusionado, frente al 40% de Iberia. A principios de año, la valoración de ambas aerolíneas llegó a estar igualada. BA posee el 13,5% de Iberia, mientras que esta compañía controla cerca del 10% de la firma inglesa. Los analistas consideran que la valoración final podría situarse en un 55% para BA y un 45% para Iberia.
Walsh cree que sus accionistas deben recibir como mínimo un 53% de la entidad combinada. «Si el pacto no tiene sentido para mis accionistas, lo abandonaríé sin problemas». La cotización de BA subió ayer un 1,8%, hasta 220 peniques, mientras que la de Iberia lo hizo un 5,7%, hasta 2,12 euros.
Más avanzados parecen las cuestiones de gobierno corporativo del nuevo grupo. La aerolínea fusionada contará con dos sedes: una operativa en Madrid y otra legal en Londres, y mantendrán las marcas Iberia y BA.
La composición del consejo de administración y el equipo directivo tambiíén está a punto de ser resuelta. Se espera que Antonio Vázquez sea el presidente y Willie Walsh, el consejero delegado de la nueva British Airways Iberia.
Mientras cierran el pacto, ambas líneas aíéreas avanzan en sus planes de ajuste, que incluyen reducción de personal y de oferta de asientos, para salir de píérdidas. Iberia registró unos números rojos de 165 millones en los seis primeros mese del año y British se dejó 106 millones de libras (115 millones de euros) en el primer trimestre de su ejercicio (abril-junio).
BMI
Paralelamente a las negociaciones con Iberia, BA sigue atenta a otras oportunidades. Walsh admitió ayer que estudia la compra de BMI, filial de Lufthansa que posee el 11% de los slots (derechos de aterrizaje) del aeropuerto londinense de Heathrow, aunque esta operación es complementaria a la de Iberia.