Susan Boyle ya no es la misma. En el momento en que cantó el I dreamed a dream de Los Miserables en el escenario de Britains Got Talent, su vida cambió. Se abocó al éxito, vendió millones de discos e intentó ser otra persona. Doce años más tarde, celebrando hoy, por cierto, su 60 cumpleaños, Susan intenta volver a ser quien era, pero ya no puede. El éxito ha dejado a su paso más de 25 millones de euros, un gran cambio físico, la pérdida de una persona importante, el chantaje de un hermano y dos diagnósticos que ayudan a entender mejor quién es Susan Boyle.Su sempiterna sonrisa y su voz enamoraron al mundo en 2009, pero fue esa sencillez, y ese optimismo empedernido, el que también le han hecho sufrir cierta condescendencia por parte de quienes la rodeaban. Cuando era niña, los médicos le dijeron que sufría "daños cerebrales", y su entorno llegó incluso a etiquetarla como Susan la Simple. Tras alcanzar la fama, la cantante acudió a un especialista en Escocia que le diagnosticó el Síndrome de Asperger e incluso le reconoció que tenía un coeficiente intelectual por encima de la media. "Creo que a partir de ahora la gente me va a tratar mejor porque va a entender por qué hago las cosas que hago", explicaba ella en The Guardian en 2013.Ése no fue, sin embargo, el único diagnosticó que le cambió la vida. La diabetes de tipo 2 que padece también le ha servido para cambiar sus hábitos alimenticios y para perder varias decenas de kilos durante la última década. "Tenía que dejar de comer dulces y pasteles. Son mi perdición", apunta. Aun así, lo que más le ha marcado durante los últimos años ha sido su familia.Tras perder a su padre, a una hermana y a su madre en los diez años previos al 2009 en que ganó Got Talent, Susan perdió a su hermana mayor en 2015 a causa del cáncer, lo que le llevó a paralizar la publicación de su último disco. "Era una mujer honesta que siempre me ayudó durante toda mi vida y durante toda mi carrera. No le daba miedo decirme que estaba intentando hacer cosas que me venían demasiado grandes", explicó ella entonces. Sin embargo, otro de sus hermanos, Gerry, llegó, según aseguran fuentes de la familia, a amenazarla con suicidarse si no le daba 60.000 euros. Con el tiempo, las cosas entre ambos parecen haberse suavizado, y ahora mismo habrían retomado la relación.Hasta ahora, lo único que la fama parece no haberle podido dar es el amor. Susan, quien siempre ha asegurado que no ha tenido una relación formal en su vida, contó recientemente cómo en 2014 conoció a un "caballero perfecto". "No quiero decir nada más sobre él ahora mismo porque no estaría siendo justa con él, pero sí que tenemos más o menos la misma edad y que es muy buen tipo", explicó Susan, quien, sin embargo, también añadió que la relación no fue a más porque "no era práctica" a largo plazo.Dos años después de su último disco, y 12 desde que cumplió un sueño que la llevó a ser galardonada como mejor artista femenina en los World Music Awards de 2012, Boyle sigue residiendo en la misma vivienda de protección oficial de la pequeña localidad de West Loathian, Escocia, en la que ha pasado la mayor parte de su vida. A pesar de que ni ella ni la casa, reformada con los millones que le ha reportado la música, son las mismas, Susan quiere mantener la esencia de siempre: "Me gusta tener los pies sobre la tierra en que he echado mis raíces. Tengo demasiados recuerdos aquí".