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Autor Tema: Santander negocia con Críédit Suisse la venta de su banca privada en paraí­sos  (Leído 551 veces)

Eguzki

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Despuíés del fallido intento de venta de la gestora de fondos, el Banco Santander ha negociado la venta -de momento sin íéxito- de la unidad de banca privada offshore, es decir, domiciliada en Suiza y paraí­sos fiscales. Según fuentes conocedoras de las negociaciones, el potencial comprador es Críédit Suisse, entidad que ha manifestado en varias ocasiones su intención de aprovechar la crisis financiera para crecer mediante adquisiciones.

El motivo por el que no se ha alcanzado un acuerdo, de momento, reside en las diferencias respecto a la valoración de la unidad. Portavoces tanto de Santander como de Críédit Suisse no han querido hacer comentarios sobre esta información.

Hay que tener en cuenta que no estamos hablando de un negocio marginal, sino que gestiona un patrimonio de más de 100.000 millones de euros, propiedad en su mayor parte de clientes latinoamericanos del banco, desde sus sedes de Ginebra, Miami y Bahamas. Si aplicamos los porcentajes de valoración que se han pagado por Urquijo o por Morgan Stanley en España -antes de la crisis, eso sí­-, estarí­amos hablando de un precio de entre 6.000 y 8.000 millones.

Las citadas fuentes aseguran que "Rodrigo Echenique y Javier Marí­n se han quedado sin vacaciones este año, porque han estado negociando todo el mes de agosto con Críédit Suisse". Echenique es consejero del banco y el hombre de confianza a quien Emilio Botí­n confí­a la solución de los asuntos más delicados, como las cesiones de críédito en los años 90 o el escándalo Madoff el año pasado. Marí­n, ex consejero delegado de Banif, es desde hace dos años director general de banca privada global del banco.

Por parte suiza, el negociador ha sido Walter Berchtold, máximo responsable del negocio de gestión de patrimonios. Berchtold ha declarado recientemente en medios como Wall Street Journal o SmartMoney la intención de su banco de expandir el negocio de banca privada mediante la contratación de nuevos profesionales (pretende alcanzar una plantilla de 4.000 personas desde las 3.400 actuales) y la adquisición del negocio de sus rivales.

Interíés para las dos partes

Según las fuentes, fue Críédit Suisse quien se aproximó primero a pedir precio por esta unidad, pero Santander vio rápidamente que era una gran oportunidad de incrementar notablemente los 20.000 millones que ha metido en la hucha con la ampliación de capital, la emisión de preferentes, el canje de tí­tulos viejos, y la venta de Cepsa y Banco de Venezuela, entre otros.

Tan en serio se ha tomado esta operación que dos de los hombres más importantes del organigrama de Botí­n han llevado las negociaciones en primera persona durante varios meses. Según algunas de las fuentes, las conversaciones se rompieron hace algunas semanas por las diferencias insalvables sobre el precio de este negocio. No obstante, nadie descarta que se retomen pasado un tiempo prudencial, dado que el interíés de Críédit Suisse es muy elevado y al banco español no le amarga en absoluto una inyección así­ de recursos.

Otras fuentes añaden que estas conversaciones desataron una verdadera convulsión entre los empleados de Santander en Ginebra, hasta el punto de que los directivos tuvieron que enviarles un mensaje asegurando que se trata de un negocio core (básico) para el banco y que no se va a vender sin suficientes garantí­as para la continuidad de la actividad y de la plantilla.

¿Por quíé tiene este negocio el Santander?

Santander creó esta unidad de banca privada offshore en los inicios de su expansión internacional porque ofrece unos márgenes elevados y recurrentes, y no necesita una red de oficinas para ponerse en marcha. Pero ahora, despuíés de construir grandes redes en Latinoamíérica con un negocio de banca privada desarrollado por estas sucursales, no tiene mucho sentido tener clientes en paraí­sos fiscales.

Por otro lado, el negocio offshore en sí­ está de capa caí­da en todo el mundo, ya que incluso está empezando a levantarse el secreto bancario en Suiza tras el pleito de UBS contra el Gobierno de EEUU. "Cada vez es más difí­cil llevarse el dinero, las leyes contra el blanqueo y la evasión de capitales son cada vez más duras, y aunque lo consigas sacar es muy complicado volvíértelo a traer", opina un experto en este negocio. Y añade que "los impuestos en los paí­ses desarrollados han bajado mucho, por lo que te compensa pagar un poco y no arriesgarte a que te pillen".