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Autor Tema: Las renovables temen perder las subvenciones  (Leído 303 veces)

Eguzki

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Las renovables temen perder las subvenciones
« en: Octubre 05, 2009, 08:18:00 am »
El Ministerio ha recibido de golpe tantas peticiones como en los últimos seis años. Las empresas quieren acogerse a las subvenciones actuales porque temen una nueva ley más restrictiva.


El efecto llamada generado por el Gobierno, al anunciar que habrá una nueva legislación para energí­as renovables más restrictiva que la actual, ha provocado una avalancha de proyectos verdes sin precedentes en España.
Todos han acudido en masa ante el Ministerio de Industria. Corren desesperados para poderse acoger a la normativa actual, más generosa en subvenciones que la legislación que quiere introducir el Ministerio de Industria. í‰ste trata de frenar el multimillonario impacto de esas primas en la factura elíéctrica (se prevíé que más de 4.000 millones de euros sólo este año).

En apenas seis meses, desde que en mayo se anunció esa nueva legislación, miles y miles de nuevos megavatios (MW) de energí­a renovable han solicitado el visto bueno.

Hay tantos en lista de espera, que si se les dejara entrar de golpe a todos, se pondrí­a tanta capacidad de renovables en España como la que se ha instalado en los últimos seis años, un periodo en el que de 6.599 MW a finales de 2002 se pasó a 21.921 MW en 2008, según estadí­sticas de Red Elíéctrica.

Cantidad descomunal
El Ministerio de Industria ofreció algunos datos hace unos dí­as, al explicar que se han presentado 708 solicitudes, pero no desveló la descomunal cantidad de megavatios que se escondí­an detrás de esas peticiones.

Solamente en energí­a eólica, hay proyectos para instalar en torno a 11.000 megavatios de potencia en España, aseguran en fuentes del sector. Teniendo en cuenta que a diciembre de 2008 habí­a funcionando 15.874 MW de eólicas en España, las nuevas solicitudes representan un 70% de lo que se ha instalado en España en casi dos díécadas.

En energí­a termosolar, otra de las fuentes renovables que más expectación ha provocado en el sector, se han presentado 4.400 MW. Es veinte veces lo instalado en España hasta ahora y ocho veces el objetivo de Industria en su plan de renovables hasta 2010.

En total, entre eólica y termosolar, hay solicitudes que suman más de 15.000 MW de potencia. Esa cifra supone tres cuartas partes de la que estaba instalada en diciembre de 2008 en todas las energí­as renovables, y un 16% de todo el sistema elíéctrico español (90.000 MW).

En esas solicitudes, además, es muy probable que sólo se incluyan parcialmente los cientos de megavatios de energí­a eólica que cada comunidad autónoma está sacando a concurso por su cuenta, en clara descoordinación con el gobierno central y su planificación energíética. Solamente en Galicia, el concurso, que tendrá que ser reformulado, supera los 2.000 megavatios.

Patata caliente
La nueva fiebre de la energí­a verde es una patata caliente para el Gobierno. El propio ejecutivo de Josíé Luis Rodrí­guez Zapatero ha propiciado la carrera de España hacia la energí­a verde, con un vehemente discurso de apoyo a las renovables. Este discurso, sin embargo, choca con el frenazo que quiere introducir ahora recortando primas y estableciendo cupos, para que el sector no se desmadre.

El problema no es tanto ese frenazo, que en general se aplaude porque si no, las renovables terminarí­an haciendo reventar el sistema elíéctrico. No sólo por la presión que provocan sus subvenciones, sino por el redimensionamiento de la red para dar cabida a tanto megavatio verde. El conflicto radica en la brusquedad con la que Industria está pasando del barra libre total en renovables a un sistema más restrictivo, totalmente incierto.

Industria ha anunciado que habrá una nueva legislación, dando a entender que será menos generoso. Pero no ha especificado cuándo, cómo, ni en quíé medida. La incertidumbre es total. Y con ella, el desbarajuste, que está haciendo que paguen justos por pecadores.

En la avalancha de peticiones de renovables han entrado todo tipo de proyectos, incluso los más endebles y sin apenas documentación en regla. Pero la incertidumbre afecta a todos. Algunos proyectos sólidos, que ya contaban con compromisos de financiación, están ahora parados porque la banca ha congelado los acuerdos hasta que se aclare la situación.

La historia se repite
Se está reeditando, para el conjunto de las renovables, el caos que se produjo hace meses con la energí­a fotovoltaica, cuando Industria trató de reordenar de la noche a la mañana el desarrollo de esta renovable, tras comprobar cómo se habí­a desbocado (pasó de 558 MW instalados en 2007 a 2.984 MW en 2008.

De cobrar 39 millones en primas en 2006, pasó a 987 millones en 2008). Para ponerle coto, Industria introdujo una nueva normativa, reduciendo primas y estableciendo cuotas anuales de instalación. El sector se vino abajo y todaví­a está encajando el golpe.