Las de díébito cuestan ahora de media al año 16,66 euros, mientras que las de críédito han alcanzado los 33,3 euros anuales
El hecho de poseer una tarjeta de díébito o críédito se pone más caro que nunca. Lo confirman los datos del Banco de España, que reflejan que las entidades han elevado un 7,9% en lo que va de año las comisiones que cobran a sus clientes por las tarjetas de díébito, hasta situar su importe en 16,66 euros anuales, y un 6,56% lo que cobran por las de críédito, hasta los 33,3 euros al año.
Mayor es todavía este incremento si se compara con las comisiones de septiembre del pasado año. Los clientes pagaban entonces 14,57 euros por tener sus tarjetas de díébito y 30,48 euros por las de críédito. Eso representa un crecimiento interanual (diferencia entre septiembre de 2009 y septiembre de 2008) del 14,34% para las de díébito y del 9,25% para las de críédito.
La cantidad que los usuarios pagan de media al año desde el pasado mes de septiembre por el mantenimiento de estas tarjetas ha pasado así a ser la más alta desde hace cuatro años. Las comisiones se elevaban en 2005 a 10,66 euros en el caso de las tarjetas de díébito y a 22,44 euros en el de las de críédito.
Las citadas comisiones son las que de media cobran las entidades a sus clientes al año. No obstante, las cifras pueden variar en función de la entidad analizada. Muchas de ellas, incluso, eximen a sus clientes de este pago si domicilian su nómina, recibos, contratan planes de pensiones o pagan un determinado volumen de compras con tarjeta.