Rosa Arana (Dpa) | Reuters EP
Berlín.- Alemania se está quedando aislada en el caso Opel y de momento no ha logrado que ningún país con plantas de la automotriz se comprometa a sumarse a su plan y preste ayuda financiera con la que llevar a cabo los planes de reestructuración del grupo automovilístico, tras su compra por Magna.
El Ejecutivo de Angella Merkel ha propuesto otorgar una ayuda de 4.500 millones de euros al fabricante austriaco-canadiense a cambio de que mantenga los puestos de trabajo de las plantas alemanas.
Sin embargo, España, Reino Unido y Bíélgica, han protestado por esta medida y los demás países que albergan fábricas de la automotriz (Polonia, Austria y Hungía) tampoco han prometido ayudas hasta el momento.
Rechazo de España
"Al Gobierno alemán, con quien tenemos una relación fluida, le hemos dejado claro que el plan industrial va antes que el financiero", ha aseverado el ministro español de Industria, Miguel Sebastián. tras mantener un encuentro con el consejero delegado de Magna, Siegfried Wolf.
"Para hablar de lo que pagará España primero tienen que convencernos de que el plan que defienden es viable y a largo plazo", ha insistido el ministro, que está haciendo todo lo posible por retrasar la compra efectiva de Opel, prevista para el martes. De hecho, Magna necesita el apoyo económico de los países donde Opel está presente para llevar a cabo su plan industrial.
Así las cosas, Sebastián ha convocado una reunión para el mismo martes en la sede del Ministerio de Industria en Madrid entre la cúpula de Magna, los sindicatos españoles y los gobiernos de España y de Aragón.
Esa será la última oportunidad de Magna para convencer a Madrid de que su oferta es "viable", para asegurarle que se mantendrán las dos líneas de producción en la planta aragonesa de Figueruelas, en la que se fabrica el Opel Corsa, y que a largo plazo, esa factoría que emplea a 7.500 personas "se mantendrá en todo su potencial y seguirá siendo una de las más importantes de Opel".
La última propuesta de Magna para la factoría de Zaragonza contempla la reducción en 350 personas en el número de despidos, que serían, finalmente, 1.350.
Fracaso con Reino Unido
El Gobierno británico ha anunciado este viernes que por el momento han fracasado las negociaciones que estaba manteniendo con Magna y con los sindicatos sobre el futuro de la firmas Opel y Vauxhall.
Un portavoz del ejecutivo de Reino Unido ha indicado que todavía no se ha alcanzado un acuerdo entre las partes involucradas y ha afirmado que durante los próximos días se retomará el proceso de negociación sobre el futuro de Opel y de la firma británica Vauxhall, en el marco del plan de reestructuración que ha presentado Magna.
El fracaso inicial de estas negociaciones se produce despuíés de que el secretario de Comercio del Gobierno británico, Peter Mandelson, anunciara el jueves que Reino Unido no iba a aceptar la venta de Opel y Vauxhall al consorcio liderado por Magna si no se solventaban las deficiencias en el plan industrial que ha identificado la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC).
Mandelson explicó, en declaraciones al diario 'Financial Times', que el impacto de este plan industrial tendría que ser acordado por todas las partes antes de iniciar las conversaciones para decidir en quíé medida contribuirá el Gobierno de Reino Unido a las ayudas por importe de 4.500 millones de euros que necesita la firma automovilística alemana para su reestructuración.
El resto de plantas presentarán propuestas
Polonia, Austria, Hungría y Bíélgica sí se han comprometido a presentar "la semana que viene" propuestas de "aportaciones concretas", para llevar adelante la reestructuración de Opel, según afirmaron a Dpa fuentes de la negociación.
La factoría de Amberes es la única que, de momento, peligra en su totalidad, ya que los planes de Magna contemplan el cierre de la planta. Si bien, tras las protestas de los trabajadores y las presiones de las autoridades, el fabricante de componentes de automoción podría buscar alguna solución para los empleados.