Mientras Alemania y la Unión Europea no se ponen de acuerdo sobre las ayudas públicas de 4.500 millones de euros que recibirá Opel para que General Motors venda el fabricante de coches al grupo Magna, ahora es la propia GM quien ha movido ficha. Las autoridades europeas quieren asegurarse de que las ayudas públicas a la venta de Opel no incumplen las leyes sobre la competencia. Sobre todo despuíés de que Alemania haya condicionado sus ayudas a que fuera Magna el comprador final de Opel. En este sentido, GM ha manifestado estar preparado para mantener el control de Opel y realizar los recortes de costes que sean necesarios si finalmente la Unión Europea no autoriza la operación, según recoge hoy The Wall Street Journal. Además, el rotativo afirma que no pueden descartarse acciones ?más drásticas?, como solicitar la ayuda directa del Gobierno alemán o forzar la insolvencia de Opel. C.P.O.