Los datos macroeconómicos reflejan la dura realidad
Publicado por Carmen Ramos en expansión
El plato fuerte de la semana bursátil ha sido la presentación de los resultados en Estados Unidos. A lo largo de estos días un buen número de empresas norteamericanas ha presentado las cuentas del tercer trimestre y, de momento, ganan por goleada las que han superado las estimaciones.
Una buena noticia que ha alimentado la ilusión de la recuperación económica y ha permitido que los inversores se dieran un respiro, ya que una batería de resultados decepcionantes se podía haber llevado por delante las ganancias bursátiles.
Sin embargo, los índices bursátiles apenas han avanzado, ya que, como contrapartida, los datos macro, las variables que van mostrando la verdadera marcha de la economía, muestran la debilidad de íésta y han contrarrestado la euforia. Lo cierto es que a nadie le provoca susto, ya que no se sale de una crisis de la noche a la mañana y desde todos los frentes se ha advertido que la recuperación llevará su tiempo.
Pero la impaciencia está implícita en el mundo bursátil y la debilidad que muestra el mercado laboral, la marcha del sector inmobiliario o el propio consumo descorazonan a los inversores.
Entre los datos que se van dando a conocer en el día a día se detecta alguna mejoría. Sin embargo, el Libro Beige, el informe elaborado por los bancos centrales estadounidenses, ha corroborado que la actividad económica se ha estabilizado pero que la salida de la recesión está siendo muy lenta.
El hecho de que el mercado laboral siga sin dar síntomas de recuperación invita a pensar que el consumo, motor de la economía, no habrá repuntado en los últimos meses, por tanto las perspectivas de crecimiento del tercer trimestre, incluso del cuarto, son poco alentadoras.
Paralelamente, tampoco hay que esperar que la Reserva Federal, en su próxima reunión de noviembre, endurezca su política monetaria, de modo que la situación actual puede mantenerse hasta finales de año. Un escenario que invita a pensar que, salvo algún imprevisto, el año bursátil puede estar hecho.
Los índices bursátiles tienen buena pinta, ya que están inmersos en pequeños canales alcistas y aguantan el tipo porque el dinero sigue llegando a los grandes. Pero el resto del mercado no levanta cabeza y da la sensación de que tardará en hacerlo.