Las operadoras proponen al Ejecutivo que a los clientes de prepago sin identificar no se les corte la línea, sino que sólo se suspenda temporalmente la comunicación, para mantener el número.
Las operadoras de telecomunicaciones móviles más importantes de España �Movistar, Vodafone y Orange� están negociando a contrarreloj con el Gobierno una solución que evite los daños que supondrían la píérdida de alrededor de cuatro millones de clientes (el 8% de la base total de usuarios) a partir del 9 de noviembre, fecha en la que entra en vigor la obligación legal de dar de baja las líneas de los telíéfonos móviles de tarjeta prepago cuyos titulares no se hayan identificado.
El problema para el sector surge de la aplicación de la Ley de conservación de datos relativos a las comunicaciones electrónicas y a las redes públicas de comunicaciones (Ley 25/2007 de 18 de octubre de 2007), que establecía esta obligación para evitar que la delincuencia organizada, especialmente los grupos terroristas y narcotraficantes, utilizasen el anonimato que proporciona el sistema de tarjeta de prepago para sus comunicaciones.
Interpretación flexible
A partir de ese día, según señala la norma, �los operadores vendrán obligados a anular o desactivar aquellas tarjetas de prepago respecto a las que no se haya podido cumplir con las obligaciones de inscripción (...), sin perjuicio de la compensación que, en su caso, corresponde al titular por el saldo pendiente de las mismas�.
Ahora, los operadores pretenden una interpretación flexible de este mandato, de forma que la anulación o desactivación pueda convertirse en una suspensión temporal del servicio, que pueda ser reanudado si el cliente se identifica posteriormente.
El principal obstáculo que acarrearía la baja definitiva de la línea es que no sólo el cliente se queda sin servicio, sino que, sobre todo, se pierde el número, lo que puede suponer un autíéntico problema para muchas personas que se verían súbitamente incomunicadas.
Aunque las operadoras llevan meses realizando campañas de comunicación a este tipo de clientes, hasta ahora, la mayoría se ha basado en el envío masivo de SMS, advirtiendo de la necesidad de la identificación.Pero muchos de estos clientes son personas mayores que no están habituadas a abrir y leer los SMS y que, por tanto, no podrán recibir la información y se arriesgan a perder el servicio telefónico y su número.
En la red comercial
Además, los operadores temen que una baja masiva de estas proporciones suponga un autíéntico cataclismo en su sistemas de atención al usuario, comerciales y logísticos, que se saturarían con una demanda súbita de mucha mayor envergadura que la que atiende habitualmente.
Esta situación se produce en un momento delicado para el sector, con un fuerte incremento de la competencia en un entorno de caídas significativas de consumo por parte de los clientes. Durante el segundo trimestre, el aumento de los ingresos por cuotas y altas de abonos, debido al mayor número de clientes, compensó la caída de las ventas de voz en telefonía móvil. En minutos, el tráfico cayó un 1,6% durante el último año, mientras que los ingresos se redujeron un 4,7%.
Receptividad
Ante esta situación, el pasado lunes los tres grandes operadores, junto con Redtel, la asociación que engloba a los cuatro mayores operadores con infraestructuras en España (Telefónica, Vodafone, Orange y Ono) mantuvieron una reunión con representantes del Ministerio de Industria, en la que le trasladaron la propuesta de la suspensión temporal del servicio, en vez del corte definitivo de la línea telefónica.
En esta reunión, los representantes de los operadores de telecomunicaciones incluyeron en su propuesta, como excepción a la norma, que los telíéfonos suspendidos puedan seguir realizando llamadas al 112, el telíéfono de emergencias.
Según fuentes del sector, el Ministerio de Industria fue receptivo a la propuesta de los operadores, que consideró razonable, aunque aún debe consensuar su respuesta con los representantes del Ministerio del Interior, el departamento que propuso la norma de identificación.
Los operadores virtuales se unen en una asociación
Un grupo de operadores móviles virtuales, que prestan servicios sin red propia, han creado la Asociación Española de Nuevos Operadores Móviles (Aenom), con el objetivo de formar un frente común para hacer valer sus peticiones en la Administración y ante la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), al margen de las grandes operadoras.
De hecho, en esta nueva asociación, que según sus socios busca �dar voz a los nuevos protagonistas del sector de la telefonía móvil en España�, se han integrado la práctica totalidad de los operadores virtuales que no están vinculados a compañías de telecomunicaciones con red. Inicialmente, Aenom está formada por Digimobil, fonYou, Happy Móvil, Hits Mobile, KPN Spain (Simyo y blau), MíSmovil y Pepephone En su constitución, la asociación ha elegido como presidente a Fernando Núñez Mendoza, presidente y consejero delegado de fonYou, y como vicepresidente a Meinrad Spenger, presidente y consejero delegado de MíSmovil.
Según sus integrantes, �esta asociación quiere difundir el papel que tienen los operadores virtuales en la mejora de los servicios de telefonía móvil�. En la presentación de Aenom, las empresas aseguran que �invierten en la mejora continua del servicio al cliente en lugar de en promociones puntuales, utilizan nuevas y más efectivas tíécnicas de márketing, aportan transparencia y ahorro en las tarifas, están especializados en segmentos específicos de clientes y son innovadores en sus modelos de negocio�.