Bolsa: ajústese el cinturón, que hay turbulencias
Publicado em Expansión por Josíé Antonio Fernández Hódar
No me negarán que esto de la bolsa tiene su cosa. Y si han tenido ocasión y valor para subir a la atracción reina de PortAventura, el dragón Khan, habrán gozado de las maniobras clásicas de un vuelo acrobático, que nada tienen que envidiar a barrenas, toneles, rizos y looping con los que nos está obsequiando la bolsa en las últimas semanas. Así que, si es inversor en bolsa y opera a corto plazo, no hace falta que se desplace al parque de atracciones. Con seguir el gráfico del Ibex 35, minuto a minuto, ya tiene emociones suficientes para el que nivel de adrenalina se le ponga por la nubes.
En esta ocasión, la semana bursátil no nos ha sorprendido a nosotros, y suponemos que a nadie. Dice el refrán que quien avisa no es traidor ni mal amigo. Y el Ibex 35 mandó un fax a los inversores alertándoles de su estado de debilidad y de encontrarse cansado. Vale la pena volver a leer el texto de la semana anterior, que sigue colgado en el blog La bolsa de cristal y que no tiene ningún míérito de adivinación; sólo de traducción del fax que nos estaba mandando el mercado. De ahí que titulásemos “Hay más síntomas de cansancio que de empujeâ€.
La cosa no ha ido peor gracias a que el jueves, tras publicarse un crecimiento del PIB de EEUU, con un crecimiento en el tercer trimestre del 3,5%, las bolsas abandonaron niveles críticos que estaban amenazando. Emprendieron una alocada carrera que llevó al IBEX 35 a ganar un 2,22%. Luego el dato se medita y se cae en la cuenta de que ha sido el incremento del 22,3% en inversión de bienes de consumo, gracias al programa “dinero por chatarra†que ha disparado las ventas de automóviles. Sin íél, el PIB hubiese crecido sólo el 1,84%. El empleo se resiste a crecer, y en tanto que no veamos un crecimiento sostenido del mismo no podemos pensar en el inicio de la recuperación. Irán saliendo datos, buenos malos y regulares que zarandearán los mercados dando paso al pesimismo y al optimismo de forma alternativa.
John J. Murphy, en su manual Análisis Tíécnico de los Mercados, hace referencia a la Teoría de las cuatro semanas, según la cual, para aprovechar las fases alcistas y bajistas del mercado hay que entrar en bolsa cuando el cierre del día estíé por encima de los cierres de las cuatro semanas precedentes.
De haber respetado la teoría, habríamos comprado el 3 de abril con el Ibex en 8.319 puntos. De seguir respetándola, deberíamos cerrar posiciones largas y abrir cortos cuando tengamos un cierre por debajo de los 11.326 puntos, un nivel que corresponde al cierre de las cuatro semanas precedentes. Apostillaba Murphy que, dado que las caídas son más agresivas que las subidas, íél se decantaba por vender cuando se pierda el cierre de las tres semanas precedentes, sin esperar a la cuarta. Podemos pensar que es un tontería y que no creemos en estas historias de noches de invierno frente a la chimenea, pero por si ocurre, como con la meigas, vayamos con cuidado.