El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, dijo el jueves que la situación de las economías en desarrollo se estaba poniendo peor, en medio de las tensiones mundiales por la crisis de la deuda europea.
Afirmó que los países de mercados emergentes se enfrentan al riesgo de presiones proteccionistas y de volver al populismo, al tiempo que cuentan con un limitado espacio de manejo fiscal para responder a la crisis global comparado con la situación del 2007-2008.
"Los países en desarrollo enfrentan crecientes vientos en contra", afirmó.
"Si la situación se deteriora aún más, el crecimiento de los países en desarrollo podría girar a la baja, sus precios de activos podría caer y sus príéstamos morosos podrían incrementarse. Con estas presiones y perspectivas, tenemos que anticipar posibles presiones proteccionistas, políticas de empobrecer al vecino y un riesgo de retroceder al populismo".
Sin embargo y pese a los graves problemas que aquejan a la economía mundial, Zoellick dijo que aún descartaba la posibilidad de una nueva recesión en las mayores economías, aunque cada día esa idea pierde fuerza.
"Todavía pienso que una recaída en la recesión para las mayores economías del mundo es poco probable, pero mi confianza en eso está siendo erosionada diariamente por la permanente ola de noticias de dificultades económicas", agregó.
"Una crisis que surja en el mundo desarrollado podría convertirse en una crisis para los países en desarrollo. Europa, Japón y Estados Unidos deben actuar para abordar los grandes problemas económicos antes de que estos se conviertan en problemas mayores para el resto del mundo. No hacerlo es irresponsable",