La moneda de Míéxico dijo adiós a su papel estelar entre las divisas emergentes y asumió una nueva condición como la más rezagada de Latinoamíérica, a más de un año de la crisis financiera global que desnudó debilidades estructurales de la economía del país.
Aunque sigue entre las divisas más operadas del mundo, tambiíén es la de más lenta recuperación de Amíérica Latina desde el hito de septiembre de 2008, cuando la quiebra de Lehman Brothers desencadenó la crisis financiera mundial.
Desde el 1 de septiembre, el peso mantiene una depreciación de casi 22% frente al dólar, mientras que sus pares de Perú, Chile, Colombia y Brasil superaron ya dicho valor referencial en márgenes que van desde un 2.0% hasta más de un 8.0%. “Aun en un escenario constructivo, no creemos que el peso tiene que hacer un 'catching up' (nivelación) completo (...) Hay cuestiones estructurales que no sea lo de esperarâ€, dijo Jimena Zúñiga, economista de Barclays Capital en Nueva York.