El mes de octubre ha sido un mes de reflexión para muchos inversores, estos se han encontrado por una parte con la bajada de los tipos de interíés oficiales, por otra, el euribor, que hace un año estaba en máximos (5,39%) ahora ronda el 1,26%, todo esto ha llevado a una operación de “lifting†a los depósitos bancarios, que si bien rentaban alrededor del 6% hace un año, a duras penas dan más del 2% ahora mismo. En esta situación, lo que se pregunta el inversor que no quiere correr ningún riesgo con su dinero es: ¿cuál es la alternativa al depósito de toda la vida? Y claro para no equivocarse, convendría que cada inversor determinara sus prioridades y que evaluara a quíé da más importancia ¿a la rentabilidad, a la seguridad, a la liquidez…?
En estos momentos dos son los productos que cajas y bancos nos ofrecen si priorizamos la liquidez, las cuentas a la vista y los repos. Ambos son muy seguros, tienen una rentabilidad escasa, un 0,42% de media en las cuentas a la vista y un 0,35% en los repos (activos de renta fija emitidos a plazo muy corto, entre 15 días y 3 meses), podríamos considerar que son productos apropiados para invertir pequeñas cantidades de dinero.
La deuda pública (garantía del estado y máxima seguridad) tampoco es muy competitiva desde el punto de vista de la rentabilidad ya que están rentando entre el 0,4% de las letras a tres meses y el 3,8% de los bonos a diez años.
Los Depósitos, si, si los de toda la vida son desde mi punto de vista uno de los mejores productos si lo que queremos es conseguir una bonita rentabilidad y no asumir riesgo, digo esto pues, a finales de agosto estos productos rendían entre un 2,28% y un 2,54% y teniendo en cuenta lo que el índice de precios ha bajado desde entonces, las ganancias reales que aportan son muy interesantes. Otra de las ventajas de este tipo de productos es que si el inversor liquida la inversión antes de tiempo, en ningún momento tiene que afrontar perdidas de capital ya que este está siempre asegurado (el Banco de España prohíbe que las comisiones de cancelación sean mayores que los intereses pactados).
Alrededor de un 3% de rentas podríamos conseguir si nos decantáramos por las cíédulas hipotecarias. Son productos interesantes con un nivel de riesgo inferior al de los bonos privados, aunque su principal riesgo sea el de su falta de liquidez si lo que se desea es recuperar el dinero antes de tiempo, ya que deberíamos acudir al mercado secundario pudiendo perder algo de dinero.
Si lo que decidimos es hacer una inversión a medio-largo plazo, los bonos y las obligaciones emitidos por bancos o empresas serían una opción interesante ya que su rentabilidad media se sitúa entre el 4-5%. Sin embargo, estos productos son activos con cierto riesgo ya que sólo garantizan el capital y el interíés si se mantienen hasta el vencimiento (entre 3 y 10 años). Si quisiíéramos recuperar el dinero tendríamos que aceptar el precio al que coticen en el mercado secundario.
No me gustaría terminar sin mencionar un producto con el que muchas entidades están consiguiendo captar ahorro, estos productos no son más que las participaciones preferentes, ¿su íéxito? pues unos intereses deslumbrantes, hasta el 8%, pero cuidado, este tipo de productos puede no tener fecha de vencimiento si la entidad emisora así lo decide, o puede que la entidad emisora no pague los intereses pactados, si el banco o caja no consigue unos determinados beneficios. En fin, que no son un producto muy apropiado para un ahorrador conservador que no quiere asumir ningún tipo de riesgo.
No tema usted a la morosidad oficial, tema a la morosidad que no es pública. Y aunque algunas entidades han puesto el grito en el cielo, hay más morosidad de la que se dice. Que no le vendan gato por liebre.