Chrysler desmanteló un equipo de ingenieros dedicados a acelerar la llegada de varios vehículos elíéctricos a los concesionarios y descartó ambiciosas metas de ventas para automóviles elíéctricos que fueron fijadas cuando la firma hacía frente a la bancarrota y buscaba ayuda del Gobierno.
La decisión de Fiat SpA es un gran revíés para Chrysler, que había utilizado el programa de vehículos elíéctricos como parte de su solicitud de 12.500 millones de dólares en un paquete de ayuda federal.
Hasta el mes de agosto, Chrysler recibió 70 millones de dólares en subsidios del Departamento de Energía de Estados Unidos para desarrollar su flota de prueba de 220 camionetas y minivans híbridas, vehículos que ahora fueron descartados en un radical cambio de planes anunciado esta semana por el jefe de Fiat, Sergio Marchionne.